El Club de Exportadores pide revisar la política comercial europea ante la caída del comercio internacional
El Club de Exportadores ha pedido una revisión de la política comercial europea ante el "retroceso del comercio internacional y la pérdida de competitividad".
Así lo ha expresado el presidente de la entidad, Antonio Bonet, en la nueva nota técnica que firma, titulada 'Tensiones comerciales y desglobalización: retos para la estrategia exportadora de la Unión Europea (UE)'.
Dicho documento advierte que la UE se enfrenta a un "riesgo real" de deterioro en su proyección internacional si no adapta su política comercial al nuevo escenario global, ya que casi el 25% del PIB europeo depende de las exportaciones extracomunitarias, un dato "relevante en un contexto en el que éstas han caído o se han estancado en los últimos años".
PREOCUPANTE TENDENCIA A LA BAJA DE LAS EXPORTACIONES
"A pesar de que la exportación de bienes ha sido el principal motor de crecimiento del PIB en la UE en las últimas décadas, los últimos datos confirman una preocupante tendencia a la baja, especialmente en grandes economías como Alemania, Francia, Italia, España o Países Bajos", indica el texto.
En este sentido, Bonet destaca que "la pérdida de competitividad de las empresas europeas está íntimamente relacionada con el exceso de regulación interna y con un entorno geopolítico cada vez más proteccionista".
Tal y como señala la nota, la UE ha visto reducida su cuota del PIB mundial del 22% en el año 2000 al 16% en 2023, a lo que se le añade un descenso de la productividad europea del 90% al 80% respecto a la de Estados Unidos (EEUU) entre 1995 y 2023.
NUEVO CONTEXTO PONE A PRUEBA COMPETITIVIDAD DE LAS EMPRESAS EUROPEAS
En este contexto, el máximo representante del Club explica que lo que ha permitido a la UE tener un crecimiento económico positivo, aunque "muy reducido", ha sido la exportación extracomunitaria de bienes y servicios que creció un 99,7% entre 2010 y 2023.
"Este fuerte crecimiento ha sido posible gracias a la globalización y a la firma de acuerdos comerciales por parte de la UE, sin embargo, la ralentización del comercio internacional, los nuevos aranceles impuestos por EEUU, la tensión creciente con China, la fragmentación y reconfiguración de las cadenas de suministros globales y la proliferación de barreras regulatorias están poniendo a prueba la competitividad de las empresas europeas", detalla el documento.
Por otra parte, Bonet apunta que la UE ha optado por una estrategia de Autonomía Estratégica Abierta que, "pese a sus objetivos legítimos, está generando efectos secundarios no deseados sobre la actividad exterior". En esta línea, el Club advierte sobre una serie de medidas adoptadas por la UE que, "si bien responden a principios legítimos, como la sostenibilidad o los derechos humanos, pueden generar efectos contraproducentes para el sector exportador europeo".
OBJETIVOS DE DESCARBONIZACIÓN GENERAN "DILEMAS ESTRATÉGICOS"
Estas son, por ejemplo, las normativas medioambientales que elevan los costes de producción frente a competidores menos exigentes o los objetivos de descarbonización que generan "dilemas estratégicos" entre impulsar una industria propia o depender de importaciones subvencionadas más baratas, principalmente de China, que pueden hacer desaparecer ciertas industrias europeas.
Asimismo, el texto menciona las directivas como la de Diligencia Debida (CSDDD), que "pueden imponer nuevas cargas regulatorias a las empresas europeas con efectos indirectos sobre su competitividad exterior" o las normativas contra la deforestación y nuevas herramientas regulatorias como el Instrumento contra la Coerción, que podrían provocar represalias por parte de terceros países.
Ante este escenario, el Club de Exportadores urge a las instituciones europeas a replantear su estrategia comercial y regulatoria para salvaguardar la competitividad del tejido empresarial europeo en un contexto de desglobalización creciente.
Entre las medidas propuestas por el Club, destacan, por ejemplo, revitalizar la Organización Mundial del Comercio (OMC) y preservar el sistema multilateral como base del comercio internacional o revisar las disposiciones más lesivas de la Autonomía Estratégica Abierta, como la directiva de Debida Diligencia, que afecta a toda la cadena de suministro europea.
Igualmente, la entidad apuesta por reimpulsar los acuerdos de libre comercio, en particular con Mercosur, así como por moderar la exigencia de incorporar cláusulas no comerciales que bloquean la negociación con terceros países o analizar el impacto de la regulación europea en la competitividad exterior, mediante un grupo de trabajo específico dentro de la Comisión.
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