El gobernador del Banco de Inglaterra cuestiona la necesidad de una libra digital para los consumidores
El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, ha expresado sus dudas acerca de la necesidad de crear dinero digital de bancos centrales para los usuarios minoristas, proyecto conocido popularmente en Reino Unido como libra digital o 'britcoin'.
"Sigo sin estar convencido de que necesitemos crear nuevas formas de dinero, como la Moneda Digital Minorista de los Bancos Centrales" para aprovechar las ventajas que brindan las nuevas tecnologías digitales en el ámbito de los pagos, los contratos inteligentes y la lucha contra el fraude.
El banquero central británico ha subrayado la importancia del matiz minorista, recordando que el dinero, en forma de reservas de los bancos centrales, "ha sido digital durante muchos años", añadiendo que "vamos por el buen camino" hacia el dinero digital mayorista de los bancos centrales, que sería solo un paso natural desde el dinero electrónico mayorista que se ha tenido durante treinta años en el caso del Banco de Inglaterra.
En este sentido, Bailey ha comentado que la mayoría de los pagos actuales se realizan en dinero de bancos comerciales, ya que es la forma que adoptan todas las cuentas bancarias, por lo que si la tecnología digital ofrece beneficios reales en los pagos, deberíamos querer verlos en el dinero de los bancos comerciales.
"No estoy en contra de las monedas digitales minoristas de los bancos centrales, pero me pregunto por qué son necesarias si la innovación avanza como creo que debería", ha apostillado.
El Banco de Inglaterra se encuentra actualmente en la denominada fase de diseño de una libra digital y no evaluará la justificación de esta nueva modalidad de dinero minorista, junto con el Tesoro británico, hasta al menos 2027, tras completar este periodo de dos años de duración.
En este sentido, el banco central británico aseguró el pasado mes de enero que una libra digital solo se introduciría con la aprobación del Parlamento, lo que requeriría una legislación primaria, que protegería la privacidad de los usuarios, garantizando que ni el Banco de Inglaterra ni el Gobierno pudieran acceder a la información personal de los usuarios ni controlar cómo los hogares y las empresas utilizan su dinero.
El Banco Central Europeo (BCE) decidió pasar a la fase de preparación en noviembre de 2023, con una duración estimada de dos años, después de completar la "fase de investigación" que el Eurosistema inició en octubre de 2021.
De este modo, será a finales de 2025 cuando el Consejo de Gobierno del BCE decidirá si pasar a la siguiente fase de los preparativos, en cuyo caso definiría su alcance y duración, aunque la entidad ha subrayado que no considerará una decisión sobre la emisión del euro digital hasta que se haya adoptado la legislación pertinente.
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