El director financiero de Boeing dejará el cargo en agosto tras evitar un rating de 'bono basura'

El director financiero de Boeing, Brian West, dejará el cargo el próximo agosto para ser asesor principal del presidente y consejero delegado, Kelly Ortberg, tras cuatro años en el cargo, en un periodo convulso para la compañía en el que lideró la ampliación de capital que la libró de convertirse en una firma con un rating a nivel 'bono basura'.

El cese en este puesto se hará efectivo el próximo 15 de agosto y será relevado por Jay Malave, quien también ocupará el rol de vicepresidente ejecutivo y que contará con la asistencia y el apoyo de West.

Malave dirigirá la estrategia financiera de Boeing, la elaboración de informes, la planificación empresarial a largo plazo, las relaciones con los inversores, las operaciones de tesorería y auditoría, así como los servicios empresariales, que incluyen los inmuebles e instalaciones globales, reportando directamente al consejero delegado.

Ortberg ha agradecido a West "su excelente trabajo" en la recuperación y posicionamiento de la compañía durante estos años, "algunos de los más importantes para la historia de Boeing".

"Brian nos guió con éxito a través de la histórica amplación de capital del año pasado", ha recalcado, añadiendo su deseo de seguir contando con su asesoramiento a su nuevo puesto.

Sobre Malave, Ortberg ha señalado que llega en un momento "importante para ayudar a construir el próximo capitulo de Boeing". Sobre él, ha puesto en valor que es "un líder financiero y empresarial muy respetado" que aporta "décadas de experiencia".

Malave ha sido hasta hace poco director financiero de Lockheed Martin y anteriormente ocupó los cargos de vicepresidente senior y director financiero en L3Harris Technologies.

Trabajó más de 20 años en United Technologies Corporation, donde fue vicepresidente y director financiero de Carrier Corporation y vicepresidente y director financiero de UTC Aerospace Systems.

En los últimos años, desde 2019 cuando su modelo 737 MAX se vio paralizado a nivel mundial tras dos accidentes, Boeing ha ido encadenando una serie de crisis de las que aún no ha conseguido recuperarse.

La ampliación de capital, lanzada el pasado octubre por 19.000 millones de dólares (17.564 millones de euros) iba encaminada a aumentar su liquidez en un momento en el que atravesaba una larga huelga de sus trabajadores y en la que las agencias de calificación crediticia alertaban de que podría convertirse en 'bono basura'.