Los riesgos tecnológicos se colocan entre las tres mayores amenazas para las aseguradoras, según PwC
Los riesgos relacionados con la tecnología ponen en alerta al sector asegurador, al colocarse por primera vez en los últimos catorce años entre las tres primeras posiciones del 'ranking' de amenazas para las compañías de seguros de todo el mundo, según el informe 'Banana Skins 2025', elaborado por PwC y el Centre for the Study of Financial Innovation (CSFI).
En concreto, el estudio indica la importancia que la tecnología tiene en las aseguradoras y sitúa a los ciberataques, la Inteligencia Artificial (IA) y el cambio tecnológico como las tres amenazas más urgentes a las que se van a enfrentar las aseguradoras en los próximos dos a tres años.
Particularmente, los ciberataques se sitúan en la primera posición del ranking por tercera vez consecutiva, debido al aumento del número de ataques y de su sofisticación, de la proliferación de los 'ransomware as a service' y del potencial uso de la IA para cometer delitos.
Asimismo, el mal uso de la IA ha pasado de la séptima a la segunda posición del 'ranking'. Especialmente preocupa la gran capacidad de la IA para la comisión del fraude, así como por los riesgos de incumplimiento de la regulación por no contar con los controles internos adecuados.
Por su parte, la incapacidad de las empresas para seguir el ritmo "vertiginoso" de los cambios tecnológicos se posiciona en tercer lugar, entre otras cosas por la proliferación de los sistemas tecnológicos tradicionales y al alto coste de modernizarlos.
"El informe confirma que el tablero de riesgos del sector asegurador ha girado definitivamente hacia la disrupción tecnológica", ha indicado el socio responsable de Seguros en PwC, Pedro Díaz Levante.
PRESIONES REGULATORIAS Y MACROECONÓMICAS
A su vez, el informe refleja un incremento de la preocupación por los riesgos macroeconómicos y que se perciben como los más graves de la última década, debido a factores como la inflación, los tipos de interés o la geopolítica
Además, el riesgo regulatorio también ocupa un lugar destacado, y preocupa de forma urgente que los reguladores no estén avanzando al mismo ritmo que las amenazas emergentes, mientras que persisten las dudas sobre la relevancia y la calidad en la implementación de la regulación actual.
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