Lagarde confía en una mejora de la previsión de PIB del BCE para la eurozona
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha expresado su confianza en una probable revisión al alza de la previsión de crecimiento para la eurozona la próxima semana, cuando la institución actualizará sus proyecciones macroeconómicas para los próximos ejercicios.
En una charla con 'Financial Times', recogida por Europa Press, la francesa ha reiterado que la zona euro se encuentra "en una buena posición" y ha recordado que, en la anterior revisión del cuadro macroeconómico, en septiembre pasado, el BCE mejoró sus pronósticos.
"Sospecho que podríamos volver a hacerlo en diciembre", ha apuntado Lagarde, para quien la eurozona está resistiendo mejor de lo que se esperaba en abril, cuando se anunciaron los aranceles recíprocos de Estados Unidos y la guerra arreciaba.
"Todos pensaron que el crecimiento en la eurozona caería drásticamente y no ha sido así. Europa ha resistido", ha resumido la presidenta del BCE, destacando que no hubo represalias por los aranceles y el euro no se depreció como se había anticipado, mientras que los datos de encuestas y las cifras de empleo en mínimos históricos sugieren que la economía en su conjunto está mejorando.
En cualquier caso, si bien Lagarde reconoce que la zona euro está bastante cerca de su potencial, ha subrayado que aún queda mucho por hacer para mejorar la situación y la productividad de la región.
En este sentido, ha insistido en la necesidad de resolver pronto los impedimentos estructurales y las barreras que ponemos la propia Europa pone a la productividad, la innovación y a la inversión al restringir el tráfico de mercancías y las transacciones de servicios entre los Estados miembros, en contra de lo que sería un mercado único.
"Tenemos que solucionarlo pronto, porque creo que el tiempo apremia", ha advertido, recordando que hace casi un año avisó de que Europa atravesaba una crisis existencial ante la que, si aborda con rapidez esos problemas, se puede aprovechar ese "momento euro" en una respuesta a dicha crisis existencial.
Por lo tanto, para Lagarde es un gran reto para los gobiernos y para los ciudadanos de la eurozona deshacerse de las preferencia nacionales residuales, ya que la mayor parte de las barreras corresponden al nivel nacional.
En cuanto al rol que pudiera desempeñar el BCE, la presidenta de la institución ha recordado que las prioridades clave para avanzar hacia un mercado único interno eficaz y eliminar las barreras autoimpuestas no tiene nada que ver con la política monetaria.
"A menudo se considera a los bancos centrales como el chivo expiatorio", ha asegurado Lagarde, para quien esto no es exclusivo de la zona euro, sino que también ocurre en varios lugares del mundo, aunque ha recordado que los bancos centrales y sus líderes deben centrarse en la misión encomendada por los gobiernos. "Tenemos un mandato bastante claro", ha subrayado.
El pasado mes de septiembre, los economistas del BCE revisaron tres décimas al alza el crecimiento esperado para la zona euro en 2025, hasta el 1,2%, aunque rebajaron una décima la previsión para 2026, hasta el 1%, y mantuvieron en el 1,3% la de 2027.
La semana pasada, Eurostat revisó una décima al alza su estimación preliminar de crecimiento del PIB de la zona euro en el tercer trimestre de 2025, hasta el 0,3%, frente a la expansión del 0,1% observada en los tres meses anteriores.

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