Un problema es, según dicen, un conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de algún fin. Problemas, conflictos, crisis… Más de uno (muchas, creo yo), se ha tenido a lo largo de la vida. Lo que ocurre es que, en la mayoría de los casos, no se ha sido educado ni formado para afrontarlos. ¿Tendría que incorporarse a la enseñanza? Es evidente que sí, como tantas otras cosas. Se debe aprender a prevenir los problemas y saber gestionarlos cuando estos llegan, cosa nada fácil, pero no imposible.
Este lunes, en el que la ciudadanía volvía al trabajo sin demasiadas ganas, después de un fin de semana ¿plácido?, sobre las 12:32 minutos, el país se paralizaba como consecuencia de un apagón eléctrico que dejaba en parálisis toda la actividad y preocupada a la ciudadanía. Nunca se ha vivido una situación igual. Las especulaciones sobre la causa del gran apagón: un ciberataque ejecutado por rusos o israelitas, con el fin de fastidiar a España. Una conspiración judeo-masónica. Un ataque de vete tú a saber quién. Eran y siguen siendo las informaciones que están presentes en las redes sociales, “los mejores medios de comunicación” en desinformación. Otros hablan de un fallo eléctrico cuya causa se está investigando. La pregunta es: ¿se conocerá la verdad algún día? Depende… Decía Buero Vallejo que “En el mundo todo es señal, amigo mío. El azar no existe”.
Ante esta situación, los medios de comunicación han jugado un papel muy importante en informar, especialmente la radio, la que funciona con pilas, esas que algunos dicen que van a desaparecer, cosa que dudo, y más después de este lunes dramático.
El Gobierno se puso a funcionar, aunque bien es cierto que el presidente del Gobierno comparecía seis horas después del apagón para explicar lo que estaba ocurriendo. Nada más conocerse la noticia, se formó un comité de crisis, con el presidente del Gobierno a la cabeza y los ministros correspondientes. Es lo primero que se debe hacer. El fallo fue la ausencia del presidente en los medios durante seis horas para tranquilizar a la gente. Fue un error, aunque los distintos ministerios estuvieran trabajando.
El suministro eléctrico se ha ido restableciendo en unas zonas más rápidamente que en otras. Los transportes ferroviarios fueron, sin duda, los más afectados, porque unos cuantos miles de personas se vieron afectadas hasta tal punto que se quedaron dentro de los trenes detenidos en distintos lugares de la geografía. Muchas horas dentro de los vagones, o en las estaciones, esperando poder llegar a sus lugares de destino. La hostelería, los comercios cerraron sus puertas. En definitiva, caos ante una situación que no tenía precedentes.
Se acometió los problema (aún se sigue haciendo ) de la mejor manera posible
En esta situación excepcional, se supone que todos los partidos irían a una, dejando de lado las diferencias, que en muchos casos son más temas de egos que de otras cosas. El primer partido de la oposición, el PP, parecía que en un primer momento estaba por la labor. Después, algunos de sus “dirigentes” debieron pensar que la ocasión la pintan calva, y su vocero mayor, Miguel Tellado, declaraba que el Gobierno está "sobrepasado" y que la gestión de la crisis "delata y pone de manifiesto su fragilidad y su debilidad". Mientras, su jefe Feijóo también cargaba contra el Gobierno y especialmente contra el presidente.
El resto de partidos piden que el presidente comparezca en el Congreso para explicar la verdad sobre lo sucedido. Cosa que no está mal, que es necesaria, pero creo que lo primero es unidad y ayudar en la misma dirección para solucionar los problemas. Es lo que la gente espera: no tirarse los trastos a la cabeza. Después habrá tiempo para pedir las explicaciones que hagan falta. Decía Buero Vallejo: “Hay que tener razón, pero no a destiempo”.
¿Qué debe hacer el presidente Sánchez? Algo tan sencillo como explicar claramente a la ciudadanía lo que realmente ha sucedido. Tienen derecho a saber la verdad, cueste lo que cueste. Y, además, tener la confianza de que la experiencia de lo sucedido estos días va a servir para no cometer errores: prevenir es la mejor manera de afrontar cualquier problema, por muy imprevisible que sea. Decía el escritor Mark Twain: “La verdad a medias es la más cobarde de las mentiras”.
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