Sumar pide que las lonjas de Barcelona, Zaragoza y Palma sean Patrimonio Mundial de la Unesco, como la de Valencia
Sumar ha registrado una iniciativa en el Congreso para que la Cámara se pronuncie a favor de que las lonjas de Barcelona, Zaragoza y Palma de Mallorca sean reconocidas como Patrimonio Mundial de la Unesco, como ya lo fue en 1996 la de Valencia, de manera que esta distinción alcance a estos edificios del gótico civil de las cuatro ciudades de la antigua Corona de Aragón.
En su proposición no de ley, que se debatirá en la Comisión de Cultura, el grupo plurinacional subraya que estas cuatro lonjas constituyen un conjunto arquitectónico de gran valor histórico, artístico y patrimonial, pues se trata de "edificaciones singulares en el contexto europeo, que reflejan la importancia del comercio en los siglos medievales y modernos dentro de la Corona de Aragón".
Todas ellas, remarca el texto recogido por Europa Press, se construyeron siguiendo el mismo esquema, una sala de planta rectangular sostenida por columnas, y se concibieron como espacios para el intercambio mercantil y financiero, contribuyendo al auge económico y cultural de las ciudades en las que se emplazan.
BIENES DE INTERÉS CULTURAL EN 1931
Las cuatro fueron declaradas Bienes de Interés Cultural (como Monumentos nacionales) en 1931, pero sólo la de Valencia tiene el honor de haber sido reconocida por la Unesco como Patrimonio Mundial.
El pasado 4 de marzo se aprobó por unanimidad en la Comisión de Educación, Cultura y Deporte de las Cortes de Aragón una proposición no de ley con un texto similar a este y, en la misma línea, Sumar demanda que se impulse la candidatura de las cuatro lonjas para su reconocimiento como Patrimonio Mundial, con el fin de preservar su legado histórico, garantizar su protección y difundir su importancia a nivel internacional.
Así, Sumar aboga por que el Congreso inste al Gobierno, si existe previo acuerdo en el Consejo de Patrimonio Histórico, la incorporación de las edificaciones de Zaragoza, Barcelona y Palma dentro de la declaración de la Lonja de Valencia, ya inscrita como Patrimonio Mundial por la Unesco.
También sugiere que se promuevan estudios y trabajos de investigación histórica, arquitectónica y cultural que refuercen la justificación de esta candidatura, poniendo en valor las características comunes y singulares de cada una de las lonjas.
Y, en tercer lugar defiende que se fomente la colaboración entre las administraciones locales y autonómicas de las ciudades implicadas para coordinar estrategias de protección, difusión y promoción del conjunto de lonjas.
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