El secretario general de Revuelta se sintió "presionado" para ceder el control a Vox: "Me acusaron de delitos"
Dice que no tiene "nada" contra Vox pero arremete contra personas alojadas en el proyecto "que se han corrompido"
El secretario general de Revuelta, Pablo González Gasca, ha asegurado este martes que se sintió "presionado" para ceder el control de la organización juvenil a Vox. "Me sentaron en un despacho y me acusaron de delitos que no había cometido, todo a cambio de entregar Revuelta", ha señalado.
Revuelta, de ideología afín a Vox, está en el ojo del huracán por la denuncia que el exvicepresidente de la organización y asesor de Vox en Bruselas, Arturo Villarroya, presentó ante la Fiscalía por presuntos desvíos de donaciones destinadas a paliar los efectos de la dana tras exigir las cuentas y que no le fueran facilitadas.
De su lado, Revuelta, responsable de las protestas contra la amnistía ante la sede nacional del PSOE en Ferraz, niega las "irregularidades" y acusa a la dirección nacional de Vox de "inventárselas" para "intervenir" la organización juvenil. Los de Santiago Abascal afirman estar desvinculados de Revuelta.
DICE QUE ESTABA SOLO: "UN SUELDO CORROMPE EL ALMA"
González Gasca, que trabaja en Vox en labores de marketing digital, ha arremetido contra la formación de Abascal a través de su cuenta de la red social 'X', y ha afirmado que "le acusaron de delitos que no había cometido a cambio de entregar Revuelta".
El dirigente de la organización juvenil cuenta que asumió que "no tenía a nadie" después de "explicar su situación en la sede" y que sus compañeros "le dieran la espalda". "En lo personal, lo que quieras; en lo laboral, no puedo inmolarme, me confirmaban", ha relatado, antes de lamentar que "un sueldo corrompe el alma de las personas".
Continúa que, como no "cedió", la dirección de Vox "le pidió perdón". Alude sin nombrar a la secretaria general adjunta, Montse Lluís, que le acusó de "robar" y de presentar como gasto de partido un billete de metro, según ha publicado este martes 'El Mundo'. Lluís después le pidió perdón por llamarle "ladrón", pero González Gasca estaba herido en su orgullo. "Sí, viajo en metro, no como otros", ha escrito González Gasca en 'X'.
"QUEBRADO"
A partir de ahí, el secretario general de Revuelta constata que "siguieron las presiones", a pesar de que la organización juvenil aceptó una auditoría de las cuentas de Revuelta que en principio bastó a Vox pero después ya nop. "Los compañeros que me denunciaron una semana antes me prometían fidelidad, pero claro, hay que pagar las alubias", ha agregado.
González Gasca, que se declara "quebrado", matiza que no tiene "nada" contra Vox, un proyecto que alaba y que "aloja buena voluntades, personas y corazones", pero arremete contra "personas individuales que se han corrompido".

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