Galicia tiene 18 incendios activos; el mayor fuego de su historia devora más de 16.000 hectáreas
La provincia de Ourense enfrenta una emergencia sin precedentes, con llamas que arrasan territorios y amenazan ecosistemas y comunidades locales.
Emergencia sin precedentes en Galicia
La provincia de Ourense se encuentra en nivel 2 de alerta debido a una ola de incendios que mantiene en vilo a toda la comunidad. Durante la noche, los equipos de extinción han trabajado sin descanso mientras los fuegos avanzan con fuerza y rapidez, destruyendo miles de hectáreas de bosque y vegetación. Según los últimos datos oficiales, permanecen activos 18 incendios que afectan a casi 43.500 hectáreas, la gran mayoría en Ourense.
La combinación de altas temperaturas, fuerte viento y condiciones de sequía extrema ha complicado la contención, provocando que algunos incendios se unan y formen focos de gran magnitud, lo que ha elevado el nivel de alerta y preocupación de las autoridades.
El incendio histórico de Chandrexa y Vilariño
El foco más devastador se ha producido tras la unión de los incendios de Chandrexa de Queixa y Mormentelos, en Vilariño de Conso, que superan las 16.000 hectáreas. De acuerdo con los registros oficiales de la Xunta, este es el mayor incendio en la historia de Galicia por superficie afectada, superando al incendio de O Courel (Lugo) de 2022, que alcanzó 11.800 hectáreas.
Manuel Rodríguez, director xeral de Defensa do Monte, ha declarado: “La situación sigue siendo extremadamente crítica y solo una coordinación eficaz y la colaboración ciudadana podrán mitigar los efectos de esta catástrofe”. Además, el responsable ha calificado esta ola como “la más grave de la historia de Galicia”, subrayando que la magnitud de los incendios exige máxima atención y recursos adicionales.
Otros incendios significativos en Ourense
Ourense registra varios incendios activos que amenazan superar incluso al de Chandrexa-Vilariño si no se controlan pronto. Entre los más relevantes se encuentran:
- Oímbra-A Granxa, con 10.500 hectáreas calcinadas.
- A Mezquita-A Esculqueira, con 9.000 hectáreas afectadas.
- Maceda-Santiso y Castro de Escuadro, que suman 3.000 hectáreas.
- Vilardevós-Vilar de Cervos (700 hectáreas) y Vilardevós-Moialde (500).
- Vilardevós-Fumaces y A Trepa (100), así como Larouco-Seadur (2.000).
En Carballeda de Avia han surgido dos nuevos incendios activos, que ya han afectado 200 y 20 hectáreas, respectivamente. Estas cifras reflejan la magnitud de la crisis y la dificultad para mantener todos los frentes bajo control.
Impacto en otras provincias
No solo Ourense se ve afectada. En Pontevedra, el incendio de Agolada (O Sexo) ha calcinado 400 hectáreas y mantiene la situación 2 preventiva debido a la proximidad de las llamas a viviendas. En A Coruña, el fuego activo más significativo se localiza en Muxía-Nosa Señora da O, con 50 hectáreas afectadas.
Incendios estabilizados y controlados
Algunos focos, aunque aún no extinguidos, se encuentran estabilizados o controlados. Entre ellos destacan:
- Toques, con 300 hectáreas.
- Montederramo-Paredes, 120 hectáreas.
- Dozón-O Castro, 400 hectáreas.
También permanecen controlados los fuegos de A Fonsagrada-Monteseiro (150 hectáreas), Verín-Mourazos (9) y A Estrada-Souto (20). El incendio de Ourense-Seixalbo ya ha sido extinguido, tras quemar 107,79 hectáreas, según Medio Rural.
Impacto ecológico y social
Los incendios han devastado bosques, pastizales y áreas naturales protegidas, con un impacto significativo en la biodiversidad. Además, la amenaza a núcleos habitados ha obligado a activar planes preventivos y desalojos en algunas zonas, mientras la población se mantiene en alerta.
Los expertos advierten que la recuperación del territorio será prolongada y requerirá una combinación de reforestación, control de erosión y medidas de prevención frente a futuras olas de calor e incendios.
Movilización de recursos y coordinación
El Gobierno gallego y los equipos de extinción han desplegado todos los recursos disponibles: bomberos, agentes forestales, brigadas de tierra y medios aéreos. La coordinación entre distintas administraciones y la colaboración ciudadana son fundamentales para contener los incendios y proteger vidas y propiedades.
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