Fomento asume la infraestructura de la R-2, así como a sus trabajadores y la gestión, explotación y mantenimiento de la vía por la que diariamente circulan unos 5.318 vehículos.
Fomento reconoce que el gasto será superior al máximo de 1.000 millones de euros que espera ganar con la posterior readjudicación de las autopistas a empresas privadas.