El terrorista está en aislamiento porque no ha mostrado arrepentimiento y se considera una amenaza. Un juez le había dado la razón el año pasado.
El ultraderechista autor de la mantanza de 2011 en Noruega ha pasado los últimos cinco años sin contacto con otros presos, pero no está arrepentido.
El terrorista, que se muestra "orgulloso de lo que hizo", está cumpliendo la máxima pena vigente en Noruega, 21 años con la posibilidad de una ampliación.