El problema es su impunidad. Las letanías innobles de los rebaños 'antisistema', saturados de odio por las libertades personales.
Los díscolos defienden que no han causado "ningún daño al PSOE" con su decisión, "ni un ataque a su programa y valores", y dejan clara su voluntad de "continuar trabajando en el seno del Grupo Parlamentario Socialista".