El récord de déficit público y el agujero de la Seguridad Social, así como los efectos imprevisibles de un Brexit caótico, presagian una tormenta perfecta a pocas semanas de las elecciones generales.
Por administraciones, el déficit del Estado fue del 1,86% (1,9% con ayudas), por encima del objetivo del 1,1%, mientras que el de las comunidades autónomas se situó en el 0,32%, casi la mitad que la meta marcada del 0,6%.
El informe apunta que la política fiscal del bienio 2018-2019 va a estar condicionada por el calendario electoral y la situación política que ha impedido aprobar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el año 2018 y repercutido en la agenda reformadora.
También baja al 2,3% la previsión al alza del PIB y empeora en una décima la tasa de paro del próximo año, hasta el 15,4%.
El déficit público español cerró 2015 ligeramente por encima del 5% del PIB, lo que supone una desviación cercana a los 9.000 millones de euros. Este desfase se debe, sobre todo, a las comunidades autónomas y a la Seguridad Social.