Para los adultos con dolor crónico, los opiáceos ofrecen mejorías estrechas sobre un placebo para el dolor y el funcionamiento físico, en promedio.
Las hospitalizaciones por consumo de anfetaminas en EEUU son 6 veces más elevados que por los de opiáceos.
Muchos médicos todavía están recetando estos fuertes medicamentos, incluso para lesiones relativamente menores.
Los datos de 2014 indican que el 6,8% de españoles hizo un consumo abusivo de opioides y el 9,2% de ansiolíticos. En estos dos casos, son los porcentajes más altos del cinco países europeos analizados.