Minutos antes de que este sábado comience a rodar el balón en el Camp Nou con motivo de la Final de Copa entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao, previsiblemente el Rey Felipe VI pasará por el primer gran trago amargo en público de su reinado. Se espera una sonora pitada tanto al himno nacional como a su figura en los prolegómenos del partido. No supondrá una novedad.
Es la nueva moda que tanto cabrea a la virginal Pilar Rahola que está que trina con el alcalde Trias por querer dejar Barcelona en manos de Ada Colau sin ofrecer resistencia, es decir: propiciando hasta la extenuación un gobierno contra natura de Convergencia, Socialistas, Esquerra y claro...Partido Popular.
El desgaste del PP tras las elecciones del 24-M era previsible tanto para Merkel como para Rajoy por mucho que la victoria de Cameron, unos días antes, permitiera soñar instantáneamente lo contrario. Pero hay otras cosas importantes que también han sucedido. Sólo si se abordan hay posibilidades de que el eslabón español de la cadena de la austeridad sea el segundo en romperse tras el griego.
El mundo anglosajón se ha lanzado en tromba contra la FIFA. Los desaires sufridos por americanos e ingleses en los últimos años han espoleado a las autoridades policiales y judiciales de Inglaterra y Estados Unidos que han sumado fuerzas para asomarse por la tranquila Suiza y sacar de sus hoteles de lujo a varios dirigentes de la mafia del futbol para llevárselos e interrogarlos por sus andanzas fiscales y financieras.
Se terminaron las fanfarrias, se plegaron las banderitas, se reventaron los globos y por fin se celebraron las Elecciones, como paso previo a que vuelva la música, los atriles y los mítines, porque hace mucho tiempo que vivimos en campaña permanente. Pero ahora toca reflexionar, no el sábado dedicado oficialmente a ello y no el común de los mortales, sino los días posteriores a los comicios y por parte de quienes finalmente han sido elegidos, porque todos ellos han prometido lo divino y lo humano y quizás no sea posible legalmente cumplirlo.
Cuando en la noche electoral he visto como Miguel Anxo Fernandez Lores, médico y político del Bloque volvía a dar una paliza al pontevedrés Mariano Rajoy por tercera vez en las elecciones municipales de Pontevedra, algo que trae frito al inquilino de la Moncloa, he caído en la cuenta de que al PP también le iba caer la de Sodoma y Gomorra en esta convocatoria, a la que acudía pensando que con el camelo de la recuperación iba a convencer a los ciudadanos de que el futuro lo debían volver a caminar de la mano del partido popular. Como se ha visto, el desastre ha sido total porque para poder gobernar en los grandes municipios y en las autonomías el PP tiene que convencer a Podemos de que les apoye, algo que ni los mas optimistas se lo creen salvo que lleven encima un par de botellas de Cariñena.
Los que queramos hacerlo, hoy votamos. Muchos lo hacemos por convicción democrática, que tiene mucho que ver generacionalmente por lo que ha costado conseguir que las urnas y la Democracia fuera algo normal y cotidiano. Las nuevas generaciones, irán o no, a votar, porque saben que hay unas fechas y que ese día el Estado o la comunidad autónoma les invitan a participar en unos comicios, que algunos piensan que les han caído del cielo igual que los danones con los que les han alimentado sus padres y que siempre están en la nevera, nacen alli y son gratis total. Ojalá nunca tengan que pelear por que les dejen ir a votar, porque eso significaría que la regresión ha sido tan brutal que la crisis incluso ha acabado con la libertad de expresión.
El jueves pasado, más de doscientas personas se manifestaron en Andorra la Vella, entre clientes y trabajadores de Banca Privada de Andorra (BPA) bajo el lema «Soluciones ya». La participación fue una de las más numerosas que se recuerdan.
Sor Lucía Caram, la monja televisiva de la Catalunya central, tenía toda mi admiración y respeto hasta hoy. Su trabajo intenso en pro de los más necesitados es muy loable, sin duda. Sus apariciones en televisión, perfectas con el fin de conseguir todos los recursos posibles paras las personas que sufren en sus carnes las desigualdades en forma de crisis. Su afición por el Barça y su compatriota Messi, indiscutible y simpático.
Los datos son de hace unos meses, por lo que ahora mismo parece ser que ya rondamos el medio millón de personal viviendo del cuento, en la mayoría de los casos.
Cansado de caminar, hice un descanso en la plaza de un pueblo y me acerqué a la fuente para saciar la sed. Apenas reclinado sobre el antiguo abrevadero, unos cuantos peces que habitan en la fuente se acercaron golosos esperando, tal vez, que echase algunas migas en el agua.
El 30 de abril pasado se cumplieron 70 años de la muerte de Adolf Hitler y de su esposa, unidos en matrimonio pocas horas antes del desenlace. Eva Braun ingirió una cápsula de veneno. La efectividad de este engendro químico había sido probada con anterioridad por el Führer, quien se lo hizo tragar a su perra pastor preferida, la que murió acto seguido.
A Sor Lucia Caram y a Sor Teresa Forcades les está pasando como a Don Quixote de la Mancha: “Sancho con la Iglesia hemos topado”. Y en ese “sin vivir” físico y espiritual andan la dominica y la benedictina cuando se cumple el quinto centenario de su colega Teresa de Ávila quien, como bien saben los jefes de ambas religiosas fue también la autora de aquellos versos que comenzaban con el conocido “Vivo sin vivir en mí/y tan alta vida espero/que muero porque no muero”, que muy bien podrían servir a nuestras dos monjas para tratar de entender el por qué al Vaticano y a los obispos de las que dependen les haya picado la curiosidad por sus actividades mas mundanas.
Pasados 70 años de la rendición alemana, se vislumbra por un lado la progresiva desaparición de testigos y huellas, y por otro, la facilitación de una perspectiva histórica más proclive a analizar desapasionadamente la primera guerra total de aniquilación, cuestionando algunas simplificaciones populares. La heroica imagen de la invencible Wehrmacht y del incansable ejército rojo se empaña cuando se recuerda la funesta impronta de los dictadores a los cuales obedecían.
Escuchaba esta mañana a Oriol Junqueras en Onda Cero dictando doctrina sobre la estelada, que el dirigente de Esquerra tiene claro que es la enseña de los que como él son independentistas, pero que aunque algunos se empeñen, no es la bandera institucional de Catalunya, y mucho menos la que defendieron hasta la muerte, la cárcel o el exilio quienes pelearon por las libertades republicanas durante la guerra civil del 36.
De Barcelona en Andorra, la gran expectativa abierta es la posible promoción del obispo de la Seu Joan Enric Vives a arzobispo de la diócesis de la capital catalana y, por tanto, la apertura del proceso de su sucesión como jefe de estado andorrano.
Ayer, después de muchos meses de angustia, el Barça volvió a ganar un juicio en un Juzgado. MCM, los amigos de Laporta, que habían sido defendidos por el letrado Mario Conde, perdieron claramente el pleito que mantenían por “sus” derechos en un contrato de publicidad en La Masia de Sant Joan Despí, que les había otorgado ventajosamente el que quiere volver a sentarse en la poltrona blaugrana y repetir sus inolvidables hazañas con una botella de Moët en la mano.
