Los ejecutados perpetraron en 1995 un atentado con gas sarín en el metro de Tokio que se saldó con 13 muertos y más de 6.000 intoxicados.
El último informe de Amnistía Internacional destaca un descenso general de la pena de muerte en todo el mundo.
Al menos 1.634 personas fueron sometidas a la pena capital, el doble que el año anterior, sin incluir a China, donde es probable que fueran ejecutadas miles de personas más.