Lo que hasta hace poco parecía una ensoñación es ahora una posibilidad real. Para fines del presente siglo se estima que la longevidad de las personas podría alcanzar los 150 años. Cabe contraargumentar que se trata de proyecciones que los científicos sociales denominamos como profecías que se autocumplen. Es decir, son extrapolaciones hacia el futuro que aunque pudieran ser ‘falsas’, despiertan un interés en las gentes y los actores intervinientes haciendo que se comporten en modo tal que se vuelvan ‘verdaderas’. El sociólogo Robert Merton subrayaba la fuerza que implica que las cosas vayan a suceder para que, finalmente, sucedan.