Guerra entre Roma y la Iglesia por las monedas de la Fontana di Trevi
El Ayuntamiento de Roma ha decidido que los aproximadamente 1,5 millones de euros que se arrojan cada año a las aguas de la fuente y que iban a parar a Caritas ayudarán ahora a mantener los monumentos de la ciudad. La Iglesia habla de atacar a los pobres.
Las monedas que los turistas tiran en la Fontana di Trevi, uno de los rituales más populares entre los visitantes de Roma, amenazan con envenenar las relaciones entre dos vecinos.
El Ayuntamiento de Roma ha decidido que los 1,5 millones de euros que se arrojan cada año a las aguas de la fuente no deben ir exclusivamente a Cáritas, sino también para ayudar a mantener los monumentos de la ciudad.
Para la Iglesia Católica, esto es un ataque a los más pobres.
La medida de la presidenta de Roma, Virginia Raggi, que en 2016 conquistó el Ayuntamiento con el movimiento populista de las Cinco Estrellas, se espera que entre en vigor a principios de abril, aunque los obispos católicos todavía esperan revertir la situación.
"No esperábamos esta decisión", admitió el director de Caritas, una organización católica, en el periódico de la Conferencia Episcopal Italiana. Y espero que no sea definitivo", añadió Benoni Ambarus a 'Avvenire', que el sábado publicó un artículo con un título violento: "Dinero robado a los más pobres".
"No esperábamos esta decisión y espero que no sea definitiva."
En Roma, se estima que hay unas diez mil personas sin hogar y Caritas gestiona cientos de dormitorios en la ciudad, en colaboración con las parroquias, a los que se suman otros servicios, como la atención de necesidades básicas e incluso una clínica dental. Los proyectos que la asociación argumenta pueden estar en riesgo debido a este déficit de ingresos.
La decisión de confiar a Caritas de Roma el dinero que los turistas tiran a la fuente fue tomada en 2001 por el entonces presidente de la capital italiana, Walter Veltroni. Pero después de llegar al poder, Virginia Raggi -que mientras tanto ha visto caer sus niveles de popularidad debido a su incapacidad para resolver los problemas financieros de la ciudad- creó un grupo de trabajo para analizar el asunto, que llegó a esta decisión. Una medida que ya ha llevado a muchos italianos a pedir al alcalde que lo reconsidere, según la agencia italiana Ansa.
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