El 'annus horribilis' del Real Madrid

La pesadilla ha terminado, pero no sin un último episodio malo. En el último partido de una temporada que el Real Madrid no querrá recordar, los merengues perdieron en el Santiago Bernabéu ante el Betis y se despidieron de la afición con la 12ª derrota en la Liga española, algo que no ocurría desde 1998/99. 

La derrota en casa, combinada con el empate del Barcelona con Eibar, hace que el Real Madrid termine la temporada con 68 puntos, el peor resultado desde 2001/02, con 19 de los catalanes, la mayor distancia de la historia entre los dos clubes. 

La pesadilla ha terminado. Pero ha dejado problemas que causarán insomnio a Florentino Pérez y Zidane.

Sobre todo por quién sale y quién se queda. Courtois es visto como el futuro del Real Madrid y cuenta con la plena confianza del club, aunque no ha estado a la altura de las expectativas de los años en que duró la seducción de los merengues por el portero belga. 

Se espera que Keylor Navas se vaya -no ha ocultado el hecho de que se va y se despidió de la afición este domingo tras el final del partido con el Betis- y está asociado a un fichaje por el FC Porto y quien más se debería beneficiar de ello es Luca Zidane, el hijo del seleccionador francés.

En defensa, ya se sabe que Eder Militão llega después del verano, Sergio Ramos es intocable, Varane tiene propuestas pero no debe abandonar Madrid y Marcelo sigue siendo la mayor duda, ya que el defensa brasileño se dio por sentado en la Juventus antes de que Zidane sustituyera a Solari, cuando regresó a la alineación inicial. Odriozola apostará, Carvajal es una pieza importante para el entrenador y los jóvenes Reguilón y Vallejo deberían correr para otros equipos.

El centrocampista ya tiene la certeza absoluta de una estancia, pero sigue con numerosos interrogantes. El lunes, el Real Madrid anunció que Kroos había renovado su contrato hasta 2023, ampliando sus lazos con el club español un año más y poniendo fin a los rumores de que se marcharía. 

Modric tuvo una temporada muy por debajo de los niveles normales, sobre todo después de haber ganado el Balón de Oro, pero se quedará en el Santiago Bernabéu y seguirá siendo un símbolo absoluto del club y de la filosofía que Florentino Pérez sigue queriendo perpetuar. 

Casemiro también ha caído en rendimiento, pero tiene la plena confianza de Zidane, Ceballos está en la lista de bajas del entrenador francés y las mayores incertidumbres siguen siendo Marcos Llorente e Isco. Si el primero realizó una impresionante primera vuelta hasta que se lesionó, el segundo pasó más de la mitad de la temporada en conflicto con Lopetegui y Solari y no cumplió con las expectativas creadas por el regreso de Zidane. 

Llorente es un producto de la formación y tiene el sello de continuidad garantizado por la dirección, Isco tiene propuestas y un interés palpable del Juventus: sólo el verano -y Zidane- decidirá el futuro de los dos españoles.

Finalmente, el ataque: es uno de los mayores dolores de cabeza para Zidane y Pérez. El mejor año de Benzema desde su llegada a Madrid le valdrá al delantero francés el papel de líder absoluto del sector más avanzado de los merengues, que ganó protagonismo con la marcha de Cristiano Ronaldo. 

Lucas Vázquez fue desigual en términos de rendimiento pero constante en términos de uso y no debe irse, al igual que Asensio, que no impresionó pero está incluido en el plan futuro diseñado por la dirección del club. Mariano no justificó los 23 millones pagados al Lyon en verano y llevó a cuestas el pesado legado de la camiseta de los 7, Brahim Díaz tuvo pocas oportunidades de demostrar lo que vale, pero debe permanecer la próxima temporada y Vinícius es el nombre elegido por Florentino Pérez para ser la cara, el cuerpo y el alma del Real Madrid en los próximos años. Hasta que llegamos a Gareth Bale.

El delantero galo ha añadido polémica a lo largo de la temporada, nunca ha caído en el buen rollo de la afición y ha acumulado partidos de sustitución con Lopetegui, Solari y Zidane. 

Este domingo, en la derrota del Betis, Bale nunca salió del banquillo y abandonó el terreno de juego tan pronto como el árbitro silbó hasta el final del partido, no se unió a sus compañeros en el centro del campo para decir adiós a los aficionados y al Bernabéu. 

El jugador, que fue el principal punto de contención entre Zidane y Florentino Pérez en el momento en que el entrenador abandonó Madrid en mayo del año pasado -el entrenador no contaba con él y quería firmar con el dinero de un posible traspaso, el presidente seguía considerando a los galeses como los protagonistas de la era post-Ronaldo-, se encuentra ahora sin opciones para ambos bandos y hay consenso sobre la partida.

El problema, por increíble que parezca, es que Bale no tiene propuestas: no porque no sea útil a muchos equipos, sino por la limpieza de 17 millones de euros que gana en Madrid (y de la que no debería estar dispuesto a renunciar).

Gareth Bale estará dispuesto a quedarse sin jugar, y el entrenador del delantero repite siempre que puede que el galo aún tiene tres años de contrato con el Real Madrid. La ausencia de una entrada de dinero por la venta de Bale llevaría a los merengues a abordar el mercado de las transferencias de forma diferente y a establecer prioridades estrictas entre promesas eternas como Hazard y Pogba y quimeras como Neymar y Mbappé. 

'Mundo Deportivo', sin embargo, asegura a Florentino Pérez que tiene la opción de pagar la salida de Bale para limpiar el vestuario y comenzar la próxima temporada sin ningún asunto pendiente.