Las misteriosas muertes de turistas en República Dominicana no dejan de aumentar

En menos de dos años, 19 estadounidenses han muerto en resorts de lujo. Hay sospechas de que detrás de esto están bebidas adulteradas.

Hay 19 muertes de estadounidenses en dos años, una gota de agua en más de dos millones de visitantes por año, contando sólo a los que vienen de los Estados Unidos. Una caída aún menor si se mira todo el pastel que el turismo representa para la República Dominicana: más de seis millones (muchos portugueses). Pero estas muertes son demasiado extrañas para no despertar sospechas: en las estaciones, casi siempre después de beber una bebida, a menudo con un fuerte olor químico.

El último fue el 17 de junio, en el Boca Chico Resort, en Santo Domingo, y atrapó a Vittorio Caruso, quien se retiró después de vender la pizzería de Long Island. Murió a los 56 años, días después de haber sido hospitalizado con dificultades respiratorias después de "beber algo". Su cuñada dice. Admite haber sufrido un ataque cardíaco, porque es el escenario más común y mata a casi la mitad de los estadounidenses que pierden la vida durante sus vacaciones en el extranjero, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

"No hay ningún misterio sobre estas muertes", dijo hace unos días el Ministro de Turismo de la República Dominicana, Fernando Javier García, en un reciente esfuerzo por asegurar que el paraíso siga siendo seguro. No hemos visto un pico inusual en las muertes de ciudadanos estadounidenses", dijo recientemente el Departamento de Estado a 'CNN'. Los casos aislados son la tesis.

La similitud es la realidad. Y el hecho de que Washington haya enviado un equipo de investigadores del FBI a la República Dominicana es una señal. La cancelación de vacaciones de los EE.UU. es otra.

DEL ATAQUE AL SHOCK SÉPTICO

La hipótesis más apremiante parece ser la de la intoxicación con bebidas adulteradas, tomadas principalmente de los dispensadores de los minibares de la habitación. Pero no se descarta la contaminación con un producto químico, un plaguicida o un producto similar.

Las muertes se han ido acumulando: en 2018 murieron 11 estadounidenses, este año la cifra es de ocho. Pero la pulga sólo apareció detrás de la oreja con la muerte de una pareja de Maryland, en el dormitorio. La probabilidad de un ataque cardíaco simultáneo parece mínima.

Nathaniel Holmes y Cynthia Day, de 63 y 49 años de edad, fueron encontrados sin vida en su habitación de Bahía Príncipe La Romana, donde había botellas de medicina. Ambos tenían hemorragias internas, incluso en el páncreas, él tenía el corazón agrandado y cirrosis y ella tenía líquido en el cerebro. La autopsia reveló insuficiencia respiratoria y edema pulmonar.

Fue a partir de estas muertes que Washington se ofreció a ayudar a investigar. Hace unos días, Miranda Schaup-Werner bebió algo del minibar de una habitación de la misma estación y murió horas después. 

Con un ataque al corazón, edema pulmonar e insuficiencia respiratoria, según las autoridades dominicanas. A esto se suman los casos de Robert Wallace, fallecido en abril en el Hard Rock Hotel tras beber whisky, Leyla Cox, fallecida en los Excellence Resorts de Punta Cana, Joseph Wallace, Yvette Monique Sport. Se sabe que algunos de ellos han tomado un trago. Otros se sabe que tienen síntomas como dolores de estómago, diarrea violenta, náuseas. Mezclando todos ellos, las causas de muerte son los infartos, el shock séptico y el edema pulmonar.