​Boris Johnson presenta la "propuesta final" del Reino Unido a la UE para el Brexit

Boris Johnson hizo la promesa. "Bajo ninguna circunstancia tendremos controles en o cerca de la frontera en Irlanda del Norte". Con esta breve referencia, el Primer Ministro ha repasado el tema que ha dominado los periódicos británicos en los últimos días: el nuevo plan del Brexit que el Gobierno británico presentará a los líderes europeos para intentar resolver el problema de la barrera de contención en la frontera irlandesa. Y Boris también hizo una segunda promesa: "Respetaremos el proceso de paz[entre el pueblo irlandés] y el Acuerdo del Viernes Santo".

Como han explicado a los periodistas fuentes gubernamentales, se trata del siguiente plan: respetar la "relación especial" de Irlanda del Norte con Europa para 2025 mediante la creación de una "frontera reguladora" entre el Reino Unido e Irlanda del Norte (a través del Mar del Norte) y evitando la creación de una frontera física de este tipo entre las dos mujeres irlandesas en ese período. De este modo, Irlanda del Norte permanecería dentro del mercado único de la Unión Europea (UE), pero abandonaría su unión aduanera (por lo que ya no se beneficiaría del tipo único para todas las mercancías).

No es seguro que los socios europeos acepten esta propuesta -que pone en tela de juicio una de las exigencias de la UE, que no quiere permitir un mercado único sin una unión aduanera y viceversa- ni que los aliados unionistas de Irlanda del Norte en el Parlamento, el SPD, acepten un estatuto diferente para su región del resto del Reino Unido. Boris Johnson, sin embargo, se muestra confiado: "Sí, se trata de un compromiso del Reino Unido y espero que nuestros amigos lo entiendan y también de un compromiso", dijo a los demás miembros del Partido Conservador en el Congreso el miércoles en Manchester.

Por lo tanto, el Primer Ministro británico confiaba en que en la cumbre europea de los días 17 y 18 de octubre todavía fuera posible llegar a un acuerdo de última hora. Pero si esto no se logra, no se asusta: "La alternativa es una en el trato. No es un resultado que queramos o intentemos conseguir, pero permítanme decirles, amigos: es un resultado para el que estamos preparados", dijo, antes de preguntar con entusiasmo a la multitud: "¿Están preparados para eso?

El Brexit fue uno de los temas que dominaron el discurso de Boris Johnson en el Congreso, como era de esperar, pero no se dieron muchos más detalles sobre la forma en que el Gobierno británico pretende abordar las negociaciones, la posibilidad de que no se llegue a ningún acuerdo o la imposición legal de la Ley Benn, que exige un aplazamiento en caso de no llegar a un acuerdo. En cambio, Boris se ha centrado en hablar con su propia gente y asegurarse, una vez más, de que logrará lo que prometió: conseguir con el Brexit. "Me temo que tres años y medio después la gente empezará a sentir que se les toma por tontos", dijo. "Están empezando a sospechar que hay fuerzas en este país que simplemente no quieren que el Brexit ocurra en absoluto.

"Somos europeos. Nosotros amamos a Europa, yo amo a Europa. Pero después de 45 años de dramáticos cambios constitucionales en nuestra relación [con Europa], tenemos que tener una nueva relación", dijo a los militantes de su partido. "Sólo tratando con el Brexit podemos tratar con la sensación de que tantos en todo el país se han quedado atrás".

Al presionar la tarjeta de medios de comunicación de su familia -su hermano Jo Johnson renunció al gobierno en desacuerdo con la política del Brexit, por ejemplo-, Boris aprovechó la oportunidad para hacer una confesión que calificó de "activo bajo la manga": "Mi madre votó a favor de irse [de la UE]", dijo, riéndose, incluso de su padre, Stanley Johnson, ex diputado al Parlamento Europeo y partidario del resto del país.

El Parlamento "está roto" y hay que poner a Corbyn "en órbita"

Si el Brexit fue positivo, no puede decirse lo mismo de la oposición y del Parlamento. El Primer Ministro no escatimó esfuerzos para atacar a los miembros del Parlamento, incluso diciendo que la Cámara de los Comunes es una "parte del sistema británico que parece estar rota".

"Si el Parlamento fuera un reality show, todos habríamos sido expulsados de la selva", dijo sobre el Parlamento antes de atacar a John Bercow, el Presidente de la Cámara de los Comunes: "Pero al menos habríamos tenido la oportunidad de ver cómo el Presidente se veía obligado a comerse un testículo de canguro.

"La triste verdad es que los votantes tienen más voz en I'm a Celebrity que en la Cámara de los Comunes", añadió, refiriéndose a un programa británico. Los eurodiputados, dijo, "se niegan a conseguir el Brexit, se niegan a hacer nada constructivo y se niegan a ir a las elecciones.

Además de las críticas al Parlamento en general -que incluye a miembros de su partido, que desde entonces han sido expulsados, que han ido en contra de la línea gubernamental-, Boris Johnson también ha aprovechado la oportunidad para no perdonar a la oposición. Presentó al líder laborista, Jeremy Corbyn, como una marioneta en manos de los miembros más radicales de su partido, como el ministro de finanzas en la sombra, John McDonnell, y lo acusó de tener un plan peligroso para el país.

Si Corbyn gana, dijo el Primer Ministro, el Reino Unido tendrá "un segundo referéndum sobre la independencia de Escocia" y "un segundo referéndum sobre el Brexit". "¿Puedes imaginarte tres años más de esto? Está en la agenda de Corbyn...", advirtió. Al final del discurso, volvió a hacer una petición al líder de la oposición, galvanizando a los conservadores para que derrotaran a los laboristas en las elecciones: "Figurativamente, si no literalmente, tenemos que poner a Jeremy Corbyn en órbita, donde pertenece".

Pero no pienses que sólo el principal líder de la oposición fue atacado. Consciente del crecimiento de los liberales demócratas, que han asumido abiertamente que son anti-Brexit, Boris Johnson disparó al líder Jo Swinson: "Su idea de defender el interés nacional es escribir a Jean-Claude Juncker pidiéndole que no le dé a este país un mejor trato", se lamentó el Primer Ministro antes de dar el golpe más duro, "Es hora de respetar la Ley de Designaciones Comerciales", dijo, refiriéndose a la ley británica que prohíbe a los productores promocionar sus productos con frases o promesas engañosas. "Quita la palabra'demócrata' del nombre de Demócrata Liberal."

CASI UN ULTIMÁTUM

Y una de las principales novedades del documento que ya ha sido enviado a Bruselas y a varios países de la Unión Europea es la creación de una segunda frontera entre Irlanda, aunque transitoria, para 2025, según el periódico británico 'The Telegraph'.

La frontera irlandesa es uno de los principales obstáculos al acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea. Esto se debe a que Irlanda del Norte forma parte del Reino Unido saliente, a diferencia de la República de Irlanda, que permanece en la UE. Existe el temor de que se produzca una verdadera frontera entre los irlandeses y de que surjan los fantasmas del conflicto entre católicos y protestantes.

La propuesta del Reino Unido reconoce que Irlanda del Norte debería tener una "relación especial con Europa" (y por tanto con la República de Irlanda) al menos hasta 2025, y aceptará la necesidad de "una frontera reglamentaria entre el Reino Unido e Irlanda del Norte en el Mar del Norte" -pero una frontera temporal durante cuatro años- que facilite la conexión de Irlanda del Norte con la República de Irlanda (y por tanto con la UE).

No obstante, habrá "puestos de control aduanero entre el Ulster [la región que divide Irlanda e Irlanda del Norte] y la República de Irlanda". Irlanda del Norte "permanecería en gran medida dentro del mercado único de la UE hasta al menos 2025, pero ya no se beneficiaría de la unión aduanera con la UE [y, lo que es igual o más importante, con el país vecino] como el resto del Reino Unido", dice 'The Telegraph'.

Por lo tanto, Boris Jonhson quiere abandonar la Unión Europea, pero también mantener (no sólo Irlanda del Norte en su totalidad) un acuerdo de libre comercio, hasta que se alcance otro acuerdo. Además, propone que Irlanda del Norte permanezca en el mercado único de la UE para la libre circulación de productos industriales y agrícolas, a fin de evitar tensiones y diferencias de trato con la República de Irlanda.) Los productos originarios del Reino Unido y destinados a Irlanda del Norte se controlarán a través de una frontera aduanera de alta tecnología con el país vecino (Irlanda, que está en la UE). Después de cuatro años, Irlanda del Norte puede elegir si quiere mantenerse dentro de las normas de la UE y de la vecina Irlanda o si quiere alinearse con el resto del Reino Unido.

Los gobiernos de las principales capitales europeas ya habrán sido informados de los detalles de la propuesta "final" del Reino Unido para el Brexit y se prevé que haya resistencia al plan. Sin un acuerdo, el Reino Unido abandonará la UE a finales de mes. En cuanto a Boris Johnson, pretende ser tan firme en su ultimátum a la UE que uno de sus principales asesores de estrategia, Dominic Cummings, habrá advertido entre bastidores que "no esperaremos a que traten con nosotros [esta vez]". Si rechazan nuestra oferta, eso es todo".

Según una "fuente" de 'The Telegraph', "familiarizada con el contenido" de la propuesta, lo que realmente significa que "habrá que hacer declaraciones sobre mercancías que vuelen entre el Reino Unido e Irlanda del Norte y que gestionen una nueva frontera entre el Norte y el Sur". Deja a Irlanda del Norte `abandonada', casi como la tierra de nadie, con un pie en el Reino Unido y otro en la UE y la República de Irlanda.