martes, 19 de marzo de 2024 07:28
Politica

Sánchez aboga por "recomenzar" la vía política y abandonar la judicialización en Catalunya

Sánchez ya se sometió en marzo de 2016 a su primer debate de investidura, tras su acuerdo con Ciudadanos, e hizo lo propio el pasado mes de julio, tras ganar las elecciones del pasado 28 de abril, si bien en ambos casos su candidatura no fructificó.

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El presidente del Gobierno en funciones y candidato del PSOE a la Moncloa, Pedro Sánchez, ha arrancado estesábado el debate de investidura asegurando que "no se va a romper España" ni la Constitución, si no que lo que se va a acabar es el "bloqueo", y ha defendido que es el momento de "retomar" y "recomenzar" la vía política y dejar atrás la judicialización.


"Buenos días. No se va a romper España. No se va a romper la Constitución. Se va a romper el bloqueo al Gobierno democráticamente elegido por los españoles", han sido las primeras palabras del candidato a la Presidencia del Gobierno.


Primera sesiu00f3n del debate de investidura de Pedro Su00e1nchez



Sánchez ha destacado que la ley "por sí sola no basta" y ha defendido el diálogo para "superar la deriva judicial". En este sentido, ha culpado al Gobierno anterior de la crisis en Catalunya asegurando que se trata de una "crisis heredada" que asume con "lealtad institucional" para devolverla a la política "dejando atrás la judicialización que tanto dolor ha causado en la sociedad catalana".


Por todo ello, ha abogado por "retomar" la política, "recomenzar" y dejar atrás la vía judicial.


En materia laboral, ha asegurado que existe "consenso sobre las cuestiones que tienen que ser derogadas" sobre la reforma laboral del PP y "una mayoría parlamentaria que pueda garantizar esas modificaciones". Prevé aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores para simplificar las modalidades de contrato, el refuerzo de la causalidad de los despidos, eliminar el despido por absentismo laboral justificado y limitar la posibilidad de modificaciones unilaterales del contrato por parte de la empresa.


Ha prometido "un nuevo Pacto de Toledo que garantice mediante el blindaje en la Constitución la sostenibilidad y la suficiencia" del sistema público de pensiones. " Este será el Gobierno de la garantía de las pensiones dignas, a través de la suficiencia y la revalorización del sistema público", ha asegurado Sánchez.


También ha tenido palabras para la ecología, y ha subrayado que " la contaminación y el cambio climático no hace distinción entre la derecha y la izquierda. Ni siquiera distingue entre los que creen y no creen en sus efectos", por lo que ha reclamado "un pacto para reducir las emisiones de CO2 y que se establezca la obligatoriedad de establecer zonas libres de CO2 en todos los municipios mayores de 50.000 habitantes".


En su intervención, Sánchez ha hecho varias alusiones a la lucha contra el cambio climático, así como a otras cuestiones sociales como la educación, la ciencia o la investigación de los que "depende el futuro de país", aspectos en los ha reiterado "no existe distinción entre progresistas y conservadores". En este punto, también ha reclamado "un pacto que garantice la inversión educativa al final de la legislatura del 5% en el producto interior bruto anual".


Pedro Su00e1nchez en el pleno de investidura Enero 2020



El Congreso acoge este sábado 4 de enero a partir de las nueve de la mañana el que será el tercer debate de investidura del líder del PSOE, Pedro Sánchez, y la previsión es que la primera votación de su candidatura se celebre al mediodía del domingo.


En todo caso, todo apunta a que Sánchez no logrará a la primera la mayoría necesaria, fijada en 176 votos, para ser investido presidente y que deberá esperar 48 horas, hasta el martes 7, para poder ser elegido.


Sánchez ya se sometió en marzo de 2016 a su primer debate de investidura, tras su acuerdo con Ciudadanos, e hizo lo propio el pasado mes de julio, tras ganar las elecciones del pasado 28 de abril, si bien en ambos casos su candidatura no fructificó.


El Pleno de investidura de este sábado, el tercero en su haber, arrancará a las nueve de la mañana con la lectura de la propuesta del aspirante entregada por el Rey a la presidenta del Congreso. A partir de ahí será el turno de Sánchez, que subirá a la tribuna para exponer a la Cámara su programa de gobierno, sin límite de tiempo.


Tras su alocución inicial habrá un receso para dar tiempo a la oposición a preparar sus respectivas intervenciones y, después, será el turno de los portavoces de los diferentes grupos, que intervendrán de mayor a menor.


DOS HORAS DE MEDIA CON CADA GRUPO


Cada grupo parlamentario contará con 40 minutos de intervención: 30 de discurso inicial y 10 de réplica, si bien la Junta de Portavoces que se reunirá media hora antes del inicio del Pleno puede acordar añadir tres minutos más de contrarréplica. Habitualmente el debate del candidato con cada grupo dura de media unas dos horas.


Se presupone que Sánchez irá respondiendo uno por uno a todos ellos, también sin límite de tiempo, por lo que se da por seguro que en la primera jornada el candidato debata con Pablo Casado (PP), Santiago Abascal (Vox), Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y los distintos representantes de sus confluencias.


Posteriormente, será el turno del Grupo Plural -que integran 15 diputados de Junts, Más País-Equo, CC, NC, Compromís, el BNG, el PRC y Teruel Existe- y de Gabriel Rufián (ERC), al que seguirán ese mismo día, o ya el domingo, Aitor Esteban (PNV), Mertxe Aizpurua (Bildu), los diferentes integrantes del Grupo Mixto -compuesto por UPN, Foro Asturias y la CUP- y Adriana Lastra (PSOE).


Tras las intervenciones, se procederá a la votación, que se hace por llamamiento y cada diputado se pone en pie para proclamar su voto, lo que lleva su tiempo. Fuentes de la Presidencia del Congreso han apuntado que la idea es que la primera votación tenga lugar al mediodía del domingo, aunque todo dependerá del tiempo que dedique el candidato a debatir con los portavoces que intervendrán ese día.


LA 'SEGUNDA VUELTA', 48 HORAS DESPUÉS


La hora en que se anuncie el resultado de esta 'primera vuelta' marcará el Pleno que habrá que celebrarse en 48 horas, el martes 7 de enero, en caso de que Sánchez no logre, como se prevé, la mayoría absoluta (176 diputados) que se requiere en el primer intento.


En esa segunda sesión, Sánchez tendrá diez minutos para pedir el respaldo de la Cámara, y los representantes de los grupos parlamentarios dispondrán de cinco minutos cada uno. En total, una hora más antes de empezar la segunda votación por llamamiento, en la que al candidato ya le basta con mayoría simple (más sies que noes).


En el caso de que Sánchez fracase y no se logre una alternativa viable en los dos meses posteriores a la primera votación, esto es hasta el 5 de marzo, el Rey, con el refrendo de la presidenta del Congreso, deberá disolver las Cortes Generales al día siguiente y convocar nuevas elecciones 47 días después, el miércoles 22 de abril.


Si el candidato consigue el aval del Congreso de los Diputados y sale investido, la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, se lo comunicará al Rey, a los efectos de su nombramiento como presidente del Gobierno.


HASTA EL ÚLTIMO MINUTO Y CON ACUSACIONES DE TRAICIÓN DE LA OPOSICIÓN


Sánchez opta a su tercer intento de investidura envuelto en un clima de excepcionalidad por la fecha en que se celebrará el pleno, en medio de las vacaciones navideñas, y por las circunstancias que caracterizan su proyecto de Gobierno: una inédita coalición con Unidas Podemos que requiere la colaboración de los independentistas catalanes de ERC.


A diferencia de sus tentativas anteriores en 2016 y en julio pasado, ambas fallidas, en esta ocasión el líder socialista se somete a un debate de investidura con los apoyos mínimos amarrados para sacarla adelante en segunda votación, donde tan sólo precisa reunir más votos a favor que en contra.


Sánchez cuenta con los votos a favor de Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, Teruel Existe y BNG, con los que suma un total de 167 votos frente a 164 votos en contra de PP, Ciudadanos, Vox, Junts per Catalunya, la CUP, Unión del Pueblo Navarro (UPN), Foro Asturias y Partido Regionalista Cántabro (PRC), que ha rectificado su disposición inicial a favorecer la investidura tras conocer el contenido del pacto del PSOE con ERC.


Las abstenciones ya seguras de ERC y de Bildu garantizan a Sánchez tener más votos a favor que en contra en esa segunda votación.


LA MUTACIÓN TRAS EL 10N


Para llegar hasta aquí Sánchez ha tenido que mutar e imprimir un giro en el discurso que mantuvo en la precampaña a las elecciones del 10 de noviembre, cuando pedía una mayoría más amplia precisamente para no tener que gobernar en coalición con Unidas Podemos ni apoyado en los independentistas bajo el argumento de que ninguno de ellos aportaría estabilidad al país.


Pero la repetición electoral no cumplió las expectativas del PSOE que, lejos de mejorar resultados, pasó de 123 a 120 escaños en el Congreso de los Diputados y perdió la mayoría absoluta en el Senado.


Para sorpresa de todos, en menos de 48 horas tras las elecciones, Sánchez alcanzó un preacuerdo con el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, para gobernar en coalición y con el líder morado ocupando una vicepresidencia de corte social. Atrás quedaron las discrepancias de fondo sobre cómo afrontar el independentismo en Catalunya que argumentaba con frecuencia Sánchez para justificar la imposibilidad de que el líder de Podemos entrase en el Gobierno.


En realidad, la caída de Podemos el 10 de noviembre también flexibilizó su posición negociadora ante el PSOE, adoptando una actitud menos exigente en cuanto a las carteras que querían ocupar dentro del Ejecutivo.


Sánchez pasó así de afirmar que no dormiría tranquilo con personas inexpertas de Podemos al frente de determinados Ministerios a defender la coalición con los morados como la única forma de Gobierno posible.


El rápido acuerdo con Podemos para gobernar en coalición cegó la vía de una eventual colaboración de PP o Ciudadanos para permitir que el Gobierno echase a andar sin depender de los independentistas.


De hecho, en la primera ronda de contactos que abrió el PSOE tras alcanzar su preacuerdo con Podemos incluyó a ERC, entre otros partidos, pero no a PP ni a Ciudadanos que, junto a Vox, acusan a Sánchez de "traición" a España por sus cesiones ante independentistas y nacionalistas.


LOS TEMORES DE LA DERECHA


El compromiso alcanzado con ERC para someter a consulta de la ciudadanía catalana las conclusiones a las que llegue la mesa de negociación sobre el "conflicto político" en Catalunya que pondrán en marcha el Gobierno español y el Govern, unido a las cesiones que ven en el acuerdo con el PNV, han encendido las alarmas en la oposición.


Para el líder popular, Pablo Casado, Sánchez "ha pactado un referéndum con los delincuentes que dieron un golpe al Estado" y accede ante el PNV a expulsar a la Guardia Civil de Navarra al ceder a la comunidad foral las competencias exclusivas en tráfico, si bien los populares se olvidan de recordar que el presidente José María Aznar prometió en el año 2000 la transferencia de esta competencia.


Unido al temor por una eventual desaparición de la Benemérita en Navarra, Ciudadanos mira con recelo  el acuerdo que el PSOE ha suscrito con el PNV por el compromiso que incluye de "impulsar" las reformas necesarias para "adecuar la estructura del Estado al reconocimiento de las identidades territoriales".


En un último intento de romper las costuras del PSOE enfrentando a los barones reacios a pactar con el independentismo con Sánchez, la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Inés Arrimadas, llamó a varios de ellos con el objetivo de que se desmarcaran de la estrategia de su líder.


Lo que consiguió fue que los líderes territoriales socialistas salieran en tromba culpando a Ciudadanos de no querer impedir que la gobernabilidad de España descanse en fuerzas independentistas, puesto que con su voto a favor sería innecesaria la abstención de ERC.

Vox también ha acusado a Sánchez de "arrodillarse" ante "unos auténticos golpistas" y "pisotear la soberanía nacional de todos los españoles" por "la miseria" de recuperar la presidencia de Gobierno.


El candidato a la investidura llega al debate sin haber dado explicación alguna previa respecto de los acuerdos alcanzados, aunque el contenido de esos documentos sí se ha dado a conocer al público, desde el programa de gobierno con Unidas Podemos al acuerdo que garantiza la abstención de ERC.

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