La segunda ola de los ERTE llega a Mango, El Corte Inglés, Primark y H&M

Las restricciones impuestas por las Administraciones para frenar la propagación del Covid-19 están provocando una nueva oleada de ERTEs (expedientes de regulación de empleo). Una de las principales perjudicadas con las grandes firmas de distribución, como El Corte Inglés, H&M, Primark o Mango. También se han visto perjudicadas las grandes cadenas de restauración, como Amrest, Burger King o Alsea, según informa El Economista. 

La primera empresa en actuar ha sido El Corte Inglés, que puede suspender el empleo de hasta 9.000 trabajadores. La empresa tiene intención de aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE)  comenzando por Catalunya, Asturias y Castilla y León.

Los cuatros sindicatos que forman parte de la comisión sindical (CC.OO., Fasga, Fetico y UGT) han solicitado la compensación al 100% de la retribución para el personal afectado, pero la empresa no ha accedido a esta petición argumentando "la situación complicada que está atravesando debido a la acumulación de acontecimientos negativos que se están produciendo desde el mes de marzo, en el que está haciendo un gran esfuerzo por mantener todas las condiciones laborales".

Los ERTEs por fuerza mayor, en principio, solo deberían durar catorce días, pero se pueden prolongar en caso de que las autoridades no suspendan las restricciones. De momento, la comunidad más afectada es Catalunya, con 5.000 empleados. Le sigue Asturias con 2.000 y  Castilla y León con otros 2.000. 

La firma de ropa Mango se encuentra en la misma situación y plantea llevar a cabo un ERTE en todas las comunidades donde se vea obligado a cerrar las tiendas. Del mismo modo, H&M ha confirmado que ya ha solicitado el ERTE en Catalunya y Asturias y próximamente lo hará en Castilla y León.

Pero no son los únicos ya que, según revela El Economista, otras empresas como Primark, Media Markt, Decathlon o Fnac también deberán recurrir a la figura del ERTE. La gran excepción, otra vez, será Inditex, que en la primera ola se negó a recurrir a los expedientes de regulación de empleo y mantuvo las nóminas de su plantilla al cien por cien.