PIDA EL RECIBO

Las veces que conduzco por las autopistas francesas, no me veo en la necesidad de pedir en los peajes que me entreguen el ticket de lo que me ha costado el recorrido. Me lo dan sin que tenga que decidir si lo quiero o no lo quiero.

Las veces que conduzco por las autopistas francesas, no me veo en la necesidad de pedir en los peajes que me entreguen el ticket de lo que me ha costado el recorrido. Me lo dan sin que tenga que decidir si lo quiero o no lo quiero.

Lo mismo ocurre en las gasolineras de ese país vecino. Nadie me pregunta si necesito el recibo o no. Me lo entregan y sanseacabó.

Cuando uno compra cualquier artículo en una tienda, deben darle el recibo con el precio y el detalle del mismo. Es útil no sólo para tener constancia de lo que uno ha gastado, sino también, si cabe, para una posible ulterior reclamación.

En España, si uno pasa por la ventanilla de un peaje y desea que le entreguen el recibo de lo que le ha costado utilizar ese tramo de autopista, tiene que pedírselo al empleado, de lo contrario, no te lo proporcionan.

Ocurre igual en la mayoría de las gasolineras españolas. El cajero le preguntará si va a necesitar el ticket. Y si no, no se lo dará y listo.

El argumento que se esgrime para no facilitarlo sin que se pida, es el daño ambiental que se origina al gastar papel. Con este acto se intenta colaborar en el cuidado del medio, evitando la contaminación atmosférica que este material provoca al fabricarse, así como la desforestación del planeta.

Pese a que son ciertas estas dos razones; pese a que ese comportamiento sea muy ecológico, permítame que le aconseje, estimado lector, que pida usted el recibo. Es bueno para todos que en las autopistas de pago y en las gasolineras, quede constancia de lo que uno gasta. Yo siempre lo pido. Nunca se sabe. Usted ya me entiende.