Macartismo a LA BARCELONESA

Un tropiezo, un error, lo puede cometer todo el mundo. Los humanos somos especialistas en el arte de la reincidencia. También tenemos interiorizado el hábito de hacernos el loco, de perdonar y olvidar cuando detectamos inocencia y buena fe en las personas. No en vano somos hijos de la civilización judeocristiana.

Pero, dicho esto, se llega a la conclusión de que el resbalón contínuo de algunos normalmante no es fruto de la casualidad sino más bien producto de una intolerancia, de una gestión autoritaria que fabrica conflictos casi por puro placer.

El equipo de gobierno municipal que capitanea Xavier Trias cuenta en sus filas con concejales de talante diferente, cierto, pero hay uno de ellos especializado en liarla: Jaume Ciurana. El personaje en cuestión se ha convertido, salvando las distancias, una especie de Bernard Gui -el famoso inquisidor dominico del siglo XIV que cita Umberto Eco en El nombre de la rosa' - en pleno siglo XXI . En el haber de este edil encontramos, entre otras aventuras, la prohibición de que un equipo de TVE filmara en espacios municipales unas imágenes de la afamada serie ' Isabel '. En su hoja de servicios en la ciudad encontramos también la afición por la censura fotográfica ejercida alrededor del torero Padilla en un cartel de la World Press Photo . Y también encontramos un menosprecio evidente de la historia barcelonesa cuando hace retirar de la fachada del Ayuntamiento la placa que nos recordaba dónde estaba la plaza de la Constitución ...

Pero las fechorías de nuestro particular Bernard Gui barcelonés no acaban aquí. Su última heroicidad ha sido hacer retirar cuatro placas conmemorativas con simbología masónica ubicadas en la entrada de la Biblioteca Pública Arus. La irracionalidad de este último hecho ha irritado a todas las obediencias masónicas del país ya ciudadanos amantes de la historia. Una vez producido el incendio, Ciurana se ha apresurado en justificar su orden aduciendo que las placas se han retirado para proceder a pintar las paredes. Pero, amigos, la verdad siempre flota. Todo el mundo sabe que eso no es posible de inmediato dada la ausencia de partida presupuestaria.

Xavier Trias tiene una piedra en el zapato con el señor Ciurana. No gana para sustos. Conozco al alcalde y estoy convencido de que no comparte el macartismo del regidor Ciurana. Mal asunto si la triste gestión del consistorio ahora le sumamos las turbulencias made in MacCiurana.