El juez Díez-Picazo defiende su independencia: "Poner etiquetas a los jueces es engañoso"

El nuevo presidente de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, Luis María Díez-Picazo, ha defendido su independencia ante aquellos que le han considerado el "candidato preferido por el PP" para dirigir a los magistrados encargados de revisar los actos del Gobierno. "Poner etiquetas políticas a los jueces es engañoso: en mi caso particular creo que lo es", ha asegurado, en declaraciones a Europa Press.

La elección de Díez-Picazo, que tomará posesión de su cargo mañana en un acto celebrado en el alto tribunal, degeneró hace unas semanas en una agria polémica en la que distintos sectores progresistas de la judicatura denunciaron maniobras del presidente del alto tribunal, Carlos Lesmes, para forzar su nombramiento en sustitución del hasta ahora presidente de la Sala, José Manuel Sieira.

El magistrado ha roto ahora el silencio que ha mantenido hasta el momento para reivindicar que su nombramiento no constituye "en absoluto" una violación de la independencia judicial y aclarar que la decisión de presentarse al cargo, que finalmente obtuvo, fue exclusivamente suya. "No lo hice porque nadie me prometiera nada", ha precisado. Díez-Picazo considera que éstas "etiquetas al uso", que suelen colgarse a algunos jueces, "no funcionan" y no ofrecen "la verdadera realidad del funcionamiento de la judicatura española".

PATROCINADO POR 'PROGRESISTAS'

"Yo fui patrocinado, hace ya algunos años, para llegar al Tribunal Supremo por una serie de vocales del CGPJ de entonces que eran, entrecomillas, del denominado sector progresista, luego he sido promovido a presidente de la Sala por una serie de vocales del actual Consejo del denominado sector conservador", ha concretado, como ejemplo, y en referencia a su caso concreto.

El nuevo presidente de la Sala Tercera asume, no obstante, que cualquier persona que opta a un cargo público puede ser objeto de críticas. "Yo soy un demócrata profundamente convencido y, por tanto, sé que cualquier persona que opta a un cargo público está sometido al escrutinio", ha asegurado aunque ha reconocido que la polémica no fue "plato de gusto" ni una situación grata.

Respecto a la denuncia ante la ONU presentada por cuatro asociaciones de jueces después de su elección, Díez-Picazo rechaza de plano que ésta sea reflejo de injerencias del poder ejecutivo en el judicial. "Personalmente creo que el hecho de que yo haya sido nombrado presidente de la Sala Tercera no constituye una violación de la independencia judicial en absoluto, pero otras personas pueden pensar lo que consideren oportuno", ha defendido.

El magistrado también ha desvinculado a Lesmes de su decisión de optar al puesto y ha precisado que fue una iniciativa "personal" tomada tras valorar los pros y los contras. Posteriormente se la comunicó al presidente del alto tribunal al igual que lo hicieron el resto de candidatos.

Ha lanzado, además, un mensaje a aquellos que cuestionan sus méritos para obtener la presidencia: "Mi currículum y mi programa de actuación es accesible para todo el mundo a través de internet, en la página del CGPJ, y, por tanto, todo el mundo puede valorar hasta qué punto esas afirmaciones son acertadas o no".

Díez-Picazo se enfrenta al cargo con la atención fijados en dos retos la puesta en marcha del nuevo recurso de casación contencioso-administrativo que ha sido introducido por la reforma legal este año y que entrará efectivamente en vigor en agosto de 2016 y la necesidad de dar una mayor visibilidad a la Sala Tercera y "una mayor imbricación en el conjunto de la comunidad jurídica, tanto a nivel nacional como a nivel europeo".

TOMA DE POSESIÓN

Su toma de posesión se celebrará un día antes de la Apertura del Año Judicial que se ha convocado para el martes y que estará presidida por el Rey Felipe VI. Díez-Picazo podrá asistir formalmente como presidente de una de las cinco salas que componen el alto tribunal.

También tomarán posesión, el mismo día, el magistrado de la Sala Primera, Pedro José Vela, los de la Sala Tercera y Cuarta Ángel Arozamena y Ángel Antonio Blasco y el fiscal de sala jefe del Tribunal de Cuentas, Miguel Ángel Torres.