martes, 23 de abril de 2024 20:43
Opinión

Carles Puigdemont, la estrella de Cerdeña

Carmen P. Flores
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Directora de Pressdigital

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Carles Puigdemont ha conseguido lo que quería; ser el protagonista en primera persona estos días. Si lo hubiera “planificado” no le habría salido mejor. Su detención en Italia le ha sacado mucho partido, que era lo que necesitaba después de la constitución de la Mesa de Diálogo de la que ellos mismos se habían excluido al presentar su lista - provocadora- que habían filtrado a los medios de comunicación antes de ser aprobada en la reunión del Govern. Eso de perder protagonismo después de la constitución del nuevo ejecutivo catalán, no lo llevaba demasiado bien. Así que su detención en L’Alguer, Cerdeña, nada más pisar suelo italiano cuando iba a participar en unas jornadas “folclóricas” de cultura catalana ,ha sido más que providencial.


L'expresident de la Generalitat Carles Puigdemont acudeix al festival Adifolk en L?L'Alguer, Sardenya (Itàlia)

Carles Puigdemont @ep


Las declaraciones de Puigdemont, después de quedar en libertad y ser arropado en comandita por sus fieles empleados, representantes de ERC y por el mismísimo presidente Pere Aragonés, que no le ha quedado más remedio que guardar pleitesía. Seguro que el puñetazo que dio en la mesa hace pocos días, imponiendo su autoridad a sus socios, le ha servido de bien poco. Puigdemont va a la suya al criticar duramente la Mesa de Diálogo, delante de Pere Aragonés en la que ha puesto todo su empeño para conseguir que llegue a buen puerto. De la misma, el huido ha dicho que no ve “negociación con el gobierno de España” o “el futuro de Catalunya pasa por la independencia, porque España no tiene futuro para Catalunya” y se ha quedado como el rey de la situación. Y por si fuera poco apostilló que “España nunca pierde la oportunidad de hacer el ridículo”. Está claro que mucho no se debe mirar al espejo, sino sería más prudente en sus declaraciones. La prudencia no forma parte de su personalidad política y personal. Quien ya le ha contestado ha sido el expresidente Felipe González que ha afirmado que no cree que haya en España nadie "más capaz de hacer el ridículo" que el expresidente catalán Carles Puigdemont.


Pero por si no fuera suficiente, el ayudante de cámara y palanganero mayor de Puigdemont, el también huido y cambia chaquetas, Toni Comín - que entró en el gobierno catalán como conseller de Salud perteneciendo a ERC para salir de la misma de la mano de Puigdemont- no se le ha ocurrido mejor idea, todo por salir en los medios, que declarar: “¿Como podemos negociar de buena fe con un estado que se salta las reglas del estado de derecho?”. Lo dice el que se ha pasado la Constitución, el Estatuto y el respeto de más de la mitad de los catalanes por la entrepierna. Es de risa, si no fuera por todo el coste que han tenido y siguen teniendo las acciones de unos políticos que juraron defender las instituciones y que han hecho todo lo contrario poniendo en peligro la democracia y con la vista de las instituciones europeas que tanto usan - en alerta por los contactos del entorno de Puigdemont, su responsable de oficina, Alay, cobrando un sueldo público - para hablar con los servicios secretos rusos, cuyo país está constantemente habido de desestabilizar a Europa-. Pero no se ha quedado ahí, el político que ha llegado a su estatus actual gracias a su apellido, acusa al gobierno de España de estar detrás de la detención de Puigdemont y se olvida, cuando le interesa, de que hay separación de poderes. Habría que explicarle lo que dice Platón: “Existen tres clases de hombre: amantes de la sabiduría, amantes del honor y amantes de la ganancia”, y Comín pertenece a este tercer grupo.


Que la detención/resurrección de Puigdemont le ha dado un gran balón de oxígeno a JXCat es evidente, pero los republicanos, y sobre todo la figura del presidente Aragonés, no deben dejarse arrastrar por ello. Ha de seguir con su hoja de ruta para conseguir la estabilidad social, económica y política de este país. Seguramente, el presidente republicano tendrá que dar más de un puñetazo en la mesa, para reafirmarse como la primera autoridad de Catalunya, si no, estará condenado al fracaso. El enemigo, lo tiene en casa. Como decía el filósofo Demócrito, “No te avergüences de someterte a las leyes y al que sabe más que tú “, porque el conocimiento, la estabilidad y la misma democracia debe prevalecer por encima de cualquier otra consideración. Eso debería ser una prioridad de un buen político y mejor gobernante.


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