Se buscan personas resistentes al covid-19: pueden ser la clave para desarrollar un tratamiento preventivo

Un grupo de investigadores ha anunciado, a través de la revista Nature, que están buscando a personas resistentes al covid-19 porque pueden tener información "muy valiosa" para poder prevenirlo.

Un sanitario realiza una prueba PCR /@EP

¿QUÉ ES UNA PERSONA RESISTENTE AL COVID-19?

Una persona resistente al covid-19 es alguien que, pese a haber sido contacto directo de uno o varios contagiados, no ha contraído el virus. Personas que han cuidado a otras que estaban enfermas, matrimonios que han hecho vida normal durante días mientras uno de ellos tenía el virus, médicos que se han expuesto, pero que no se han llegado a contagiar.

Los expertos han reclutado hasta el momento a más de 500 personas para someterlas a análisis y comprobar si tienen la resistencia genética que sospechan que poseen. Piensan que son personas que cuentan con mecanismos en los genes que no permiten la infección.

Para que se entienda con un ejemplo más sencillo. Un ordenador debe tener una entrada USB para poder enchufar un pen-drive. Esa entrada de USB sería el gen de las personas en general y el pen-drive podríamos compararlo con el virus. Pero si tratamos de encajar el pen-drive en el puerto destinado a los auriculares, no entra. Ese puerto para los auriculares sería el gen de las personas resistentes al virus. Uno con una forma diferente a la del resto de personas que imposibilitaría la entrada del virus.

CANDIDATO IDEAL PARA EL ESTUDIO

Estudiar a personar resistentes al covid-19 permitirá desarrollar tratamientos que eviten la infección.

Dicho esto, los expertos señalan que el candidato ideal para participar en el estudio es aquel que se ha expuesto en repetidas ocasiones al virus pero nunca lo ha contraído. Para demostrarlo, tiene que tener pruebas PCR negativas de esos momentos y hacerse análisis que indiquen que no ha desarrollado anticuerpos.

Insisten en que eso es algo importante. Es cierto que hay personas asintomáticas, pero buscan a personas resistentes. No quieren estudiar a aquellos que no desarrollan síntomas pese a contraer el virus sino a aquellos que no se contagian aunque hayan estado en contacto estrecho con infectados. Personas cuyo cuerpo no permite el acceso del virus, que no lo replica y no lo propaga.

A las personas reclutadas hasta el momento ya han empezado a hacerles análisis de ADN para encontrar diferencias con el de personas que sí se han contagiado. Con ello, pretenden desarrollar una terapia que evite la infección del SARS-Cov-2.

DIFERENCIAS EN LOS PROCESOS DE INFECCIÓN

A finales de 2019 empezamos a conocer este virus que ha causado la muerte de 5 millones de personas en el mundo en menos de dos años. Desde entonces son muchos los estudios que se han realizado para conocerlo mejor y se han podido detectar diferentes procesos de infección así como datos que sugieren quiénes son más propensos a desarrollar la enfermedad grave.

Así, tenemos a las personas asintomáticas, a las que cursan la infección con síntomas leves o moderados, a quienes la pasan con síntomas graves y a quienes no pueden vencer al virus y mueren.

Sabemos, también, que la edad avanzada es un factor de riesgo. También lo son la diabetes, la obesidad, la hipertensión o la demencia. Los pacientes oncológicos también tienes más riesgo de complicaciones, y los trasplantados. O los que tienen determinados genes.

Sin embargo, poco se sabe sobre estas personas resistentes al covid-19, por eso los expertos quieren empezar a estudiarlo. Porque, además, lo que sí que conocen es que hay personas resistentes a otros virus como la malaria o el VIH. Así que tienen claro que con el covid-19 está sucediendo lo mismo.