La decisión del Tribunal Constitucional de imponer su criterio por unanimidad, precisamente a las tres formaciones constitucionalistas, se entiende como una táctica intimidatoria contra quienes ya han anunciado que van a saltarse la legalidad vigente. O sea, como decían antes los sastres, señala el lugar contrario en el que van a descargar paquete los honorables magistrados la próxima semana.
Ahora bien, quienes si dejan al personal desconcertado no son tan eminentes juristas, sino los irredentos independentistas, quienes, con la Presidenta Forcadell a la cabeza mostraban en la jornada del jueves su "enorme satisfacción" por la decisión del Alto Tribunal, al que, sin rechistar, obedecieron instantáneamente en su decisión de permitir el pleno del lunes. O sea: Ahora Obedezco. Como quiera que todos damos por sentado que tendremos el lunes declaración de tocata y fuga de España por parte de los mismos satisfechos parlamentarios, ese día habrá que apuntar en la otra casilla la frase: Ahora desobedezco.
Y así deshojando la "margarita constitucional", es como piensan pasar los días quienes les han hecho la próxima campaña electoral al Partido Popular y por supuesto, a Ciudadanos, que es el "gran tapado" de los electores españolistas que siguen sin ver al PSOE como el partido político que garantice la estabilidad social en la próxima legislatura y mucho menos en Catalunya. Por lo que se ve, el federalismo todavía no vende lo suficiente.
Si de este lio salimos con vida como país, será un verdadero milagro y Europa siguiendo nuestro ejemplo habrá encontrado su verdadero camino bajo la dirección de "franformers" en lugar de líderes con ideología y sentido común. Vamos que los Adenauer, Monnet, Schuman y Gasperi, padres fundadores de la Unión Europea pasarán a ser ya figuras anacrónicas de lo que pudo ser, pero nunca será el sueño de millones de ciudadanos, quienes a partir de ahora tendrán que acostumbrarse al juego del sí y del no de sus políticos sin que pillarlos en tantas mentiras y contradicciones les suponga un castigo electoral, sino todo lo contrario.
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