DE SOCIALISTA A INDEPENDENTISTA, LA METAMORFOSIS DE LA UGT

Han pasado ya 127 años desde que un 12 de agosto de 1888, el año de la Exposición Universal de Barcelona, un grupo de treinta y dos delegados, en representación de cuarenta y cuatro sociedades de oficios, en un congreso que se celebró en la ciudad condal, fundaron la UGT. El ferrolano Pablo Iglesias que también fue el mentor del partido socialista español fue la pieza clave del acontecimiento.

Mucho ha llovido desde entonces, pero la base socialista ha permanecido fiel en la mayoría de zonas de España. En Catalunya, las cosas han sido así hasta hace bien poco. Su secretario General Josep María Álvarez, que lleva en el cargo casi un cuarto de siglo ha ido poco a poco, incorporando en cargos de responsabilidad del sindicato a militantes de ERC y CIU. Paralelamente ha procedido a “cargarse” a toda persona que le hiciera sombra y posible sucesor. Su estrategia de metamorfosis ideológica ha sido como la gota malaya: ha ido calando en una parte del sindicato -minoritaria pero activa- hasta llegar a la situación envenenada en la que se encuentra el sindicato independentista de CIU y ERC.

Esa revolución silenciosa es tal que hasta el nombre se lo ha cambiado. El Pepe Álvarez que todos conocían ha dado paso -no sabemos quién se lo ha aconsejado- a Josep María Álvarez. Ese posicionamiento identintario y de subordinación al gobierno de Artur Mas, le ha valido a él y a su compañero de “travesía” ideológica, Juan Carlos Gallego, de CCOO a ser “premiados” con la Medalla de Sant Jordi, la máxima distinción de Catalunya. Eso no quedó ahí, hasta se llegó a hablar, cuando CIU volvió a recuperar el Gobierno, de la posibilidad de la entrada en el ejecutivo de Josep María como consejero de trabajo. Sí, no estamos mintiendo. Ese ofrecimiento no llegó tampoco….

Josep María nunca perdonó a sus “hermanos” socialistas que los dos gobiernos presididos por Maragall y Montilla, respectivamente, que no lo hicieran consejero de trabajo.

Ahí empezó su estrategia de rebancha y renuncia a las esencias socialistas de la UGT. ¡Si Pablo Iglesias levantara la cabeza, no se lo podría creer, ni los antecesores de Álvarez en el sindicato!

Pero como él, aconsejado por un empresario amigo, no ha aceptado ir en las listas al congreso del partido de Mas, no ha dudado en ningún momento en promocionar a su amigo y responsable de comunicación del sindicato, Miguel Ángel Escobar ex socialista y ex concejal en Esplugas por el mismo partido. El lugar que ha dejado vacante, lo ocupará Laura Pelai, de ERC. ¿Será esta la llave para entrar en Trabajo? Es la táctica que emplea, aunque también está jugando a irse a Madrid a sustituir a Cándido Méndez. Pero hay mucha gente que no lo quiere allí. “En los sindicatos no hay amigos, solo hay cómplices”... Los cambios ideológicos viene a demostrar que en política “se parecen tanto unos a otros los partidos, que la única manera de distinguirlos es ponerles un color”. Aunque como decía Georges Clemenceau “un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro. Un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro”.

Ante este panorama, ¿volverán las aguas a su sitio? Eso es lo que esperan los auténticos ugetistas que están trabajando ya con una cierta prisa para volver a los orígenes del sindicato.