viernes, 29 de marzo de 2024 12:23
Opinión

RAJOY, PUIGDEMONT, SÁENZ DE SANTAMARÍA Y JUNQUERAS

Carmen P. Flores
Carmen P. Flores
Directora de Pressdigital

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“Los principios importantes pueden ser flexibles”, decía Abraham Lincoln. Esta máxima no siempre tiene políticos que la apliquen, o algunos lo hacen a medias. ¿Es lo que le ha sucedido al presidente Puigdemont en su esperada entrevista con el presidente del gobierno español Mariano Rajoy?


A lo largo de dos horas, el presidente de la Generalitat le ha expuesto a Rajoy 46 temas, casi el doble que su antecesor. Le ha explicado que lo de la independencia sí o sí, ¿referéndum pactado también? La politización de la justicia, la situación de la política española, las próximas elecciones, hablar de las respectivas familias y las previas llevan más de dos horas. Así que, o la reunión ha sido corta o han hablado a 90 revoluciones por minuto, cuando la velocidad normal para este “disco” es de 45.


Al final, los dos, de cara a sus votantes, ha dicho lo que se esperaba: “defenderé la unidad de España” y “no se puede hacer política sin cumplir la ley” ratificaba el de Pontevedra, a pesar de que hay quien hace política y la ley se la pasa por la entrepierna. Mientras, el de Girona, insistía en el “mandato democrático” y en que la consulta es irrenunciable. Catón decía: “haz el estúpido cuando las circunstancias lo pidan: fingirse estúpido en el momento oportuno es una gran sabiduría”, pero estoy segura que ninguno de los dos han aplicado esta máxima.


La reunión, por esperada, no podía defraudar a la ciudadanía, así que, “dejemos a nuestros “segundos” que vayan hablando de esos 46 puntos, que en algo estaremos de acuerdo. Tu y yo, no tenemos porque pelearnos que ya lo he hecho bastante con Artur Mas”, le debió decir Rajoy a Puigdemont. Así, el viaje a Moncloa no habrá salido en balde para el President de la Generalitat.


Con esta escenificación, Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras “el escaqueado”, tendrán la misión de llegar a acuerdos que satisfagan a los “independentistas catalanes”, pero, que a la vez, no molesten a los barones y al electorado del PP. Estamos ya en campaña y, por si acaso Don Mariano repite de cabeza de lista, no hay que molestar a los votantes. Así que la cosa queda de esta manera y la más “lista” del gobierno le dirá a Junqueras aquella frase de Margaret Thatcher: “puede que sea el gallo el que canta, pero es la gallina la que pone los huevos”.


Hasta las próximas elecciones vamos a estar todos entretenidos con los avances en las negociaciones. Después de ellas, la incógnita será la protagonista inmediata.


De esta manera, los empresarios se habrán quedado tranquilos porque Puigdemont les ha obedecido y se ha reunido con Rajoy, después de que Mas se les escapase de las manos debido a esa “locura” transitoria en la que entró hacía ya unos años…

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