LAS ELECCIONES DEL 26J Y LA EUROCOPA

Entramos en la recta final de la campaña electoral del 26J: tiempo de escuchar quien la dice más gorda y donde casi todo está permitido. Vamos que estos cinco días, la temperatura dialéctica subirá unos cuantos grados para intentar llevarse los votos de los indecisos, o hacer que algunos lo cambien. Pero si no sucede un milagro, o un escándalo que salpique a los partidos, como se dice popularmente, el pescado ya está vendido.

La ciudadanía está cansada de esta campaña, que ha sido tan larga. Al menos, la Eurocopa y la Copa América de fútbol están sirviendo para desviar la mirada hacia otro acontecimiento que no sea el político. Ver a las mejores selecciones de los dos continentes siempre es muy agradable. La vedad es que la Eurocopa se lleva la mayor atención ya que la Selección Española, hasta el momento, no ha perdido ningún partido y es una de las favoritas para hacerse con el triunfo final y traerse tan preciado galardón a España.

La Roja, pese a que les moleste a unos cuantos, sigue estando en buena forma y además, el ambiente de compañerismo que se vive entre los jugadores es magnífico. Todo ello se debe al magnifico trabajo de Vicente del Bosque que ha sabido imponer su criterio profesional y personal en los momentos complicados y pese a que en ocasiones le han llovido críticas, ha mantenido a los jugadores que él ha considerado sin dejarse influenciar. Todo un ejemplo a seguir que espero dure muchos años.

En la Eurocopa, la actitud de los aficionados de algunas selecciones han sido más que lamentables. Estamos hablando de los ingleses y rusos que han protagonizado en la tranquila ciudad de Lille una auténtica batalla campal, con unos 325 detenidos y con un hombre de mediana edad en la UCI. Los hooligans ingleses que allá donde van la lían parda y los más que preparados rusos, ambos bandos llenos de alcohol hasta el gorro, son la muestra de lo que no debe ser el futbol, un mal ejemplo para los millones de niños que les gustan el deporte rey.

Nadie se acuerda que, este pasado mes de mayo se cumplía el triste aniversario, 31 años, del desastre de Heysel, el grave incidente ocurrido en el estadio de Bruselas, en la final de la Copa Europea entre la Juventus y el Liverpool, donde los hooligans del equipo inglés se liaron en una batalla campal contra los aficionados de la Juventus. Las graves consecuencias: la muerte de 39 aficionados La muerte de estas personas no ha servido para mejorar el comportamiento de estos salvajes que viven el deporte como una agresión constante al contrario.

Pero, ¿quiénes tienen la responsabilidad en los estadios? Si no me equivoco, es la UEFA. La que gana tanto dinero y cuyas cuentas no están nada claras, sino que se lo pregunten a su hasta ahora presidente Platini. En su lugar se encuentra, provisionalmente, el incombustible Angel María Villar. ¿Futuro presidente? Si nadie lo remedia sí. La seguridad dentro de los estadios es competencia de la UEFA, pero se callan y dejan que la culpa se la lleven los cuerpos de seguridad de Francia que bastante tienen con vigilar que ISIS no cumpla sus amenazas…

El mundo del fútbol tiene que hacer una larga y profunda reflexión porque ahora, pasados unos cuantos años entiendo la frase que dijo Joseph Blatter: “El fútbol es más que tocar una pelota”.

¿Un club de amigo para hacer negocios o llenarse directamente los bolsillos?

Aún nos quedan unas dos semanas para seguir disfrutando de las mejores jugadas y de los excelentes jugadores que tenemos en Europa.