El Parlamento de Portugal condena de forma unánime el cementerio nuclear de Almaraz

Hace días que en Pressdigital estamos tratando el conflicto diplomático entre España y Portugal que se ha abierto con el cementerio nuclear de la central de Almaraz, en Cáceres.

La decisión del Ejecutivo de Mariano Rajoy sobre la construcción del Almacén Temporal Individualizado (ATI) en la Central Nuclear de Almaraz (CNA) cayó como un jarro de agua fría sobre el Gobierno portugués, que canceló una reunión prevista entre los ministros de Medio Ambiente de ambos países.

Una situación muy incómoda --y rara entre países vecinos en la Unión Europea-- que llevó al Gobierno luso a decidir elevar una protesta formal a Bruselas por una decisión “viola la ley europea y rompe el principio de lealtad entre vecinos”.

Aunque aquí en España apenas se esté hablando del tema, el asunto en Portugal ha pasado a su Parlamento.

El Partido Ecologista 'Os Verdes' (PEV) ha conseguido el apoyo unánime de todos los partidos con representación en el Parlamento portugués para que la Assembleia da República haya aprobado un voto de condena por la decisión del Gobierno de Mariano Rajoy, “ignorando al Gobierno y a la población de Portugal”.

Según el Parlamento portugués, esta decisión tiene “evidentes impactos y riesgos transfronterizos”, por lo que su construcción es “criticable e inaceptable”.

CONDENA UNÁNIME

Para los Verdes, es inaceptable que el Gobierno español no haya consultado al ejecutivo portugués ni haya realizado un estudio de impacto ambiental previo a esta decisión, en una central nuclear “obsoleta”.

El texto propuesto por los Verdes --con enmiendas de los diferentes partidos-- señala que desde el punto de vista jurídico “según el Derecho nacional y de la Unión Europea, la envergadura de un proyecto de esta naturaleza no puede obviar un procedimiento de evaluación de impacto ambiental, sobre todo de impactos estratégicos y transfronterizos implicados”.

Añade además que desde el punto de vista diplomático y de relaciones bilaterales, teniendo en cuenta el “potencial riesgo e impacto de la decisión”, esta no debería haber sido tomada sin una “comunicación previa, una articulación y un seguimiento de proximidad del tema con el Estado portugués”.

El voto de condena recuerda que la central nuclear de Almaraz, situada a 100 kilómetros de la frontera con Portugal, hace uso de las aguas del río Tajo para su sistema de refrigeración, por lo que el país vecino no puede ser ignorado en este proceso ni en la toma de decisiones.

El texto defiende además que, desde el punto de vista ambiental, la decisión de España muestra la “necesidad de un debate relevante sobre el uso de la energía nuclear y sus consecuencias a largo plazo” entre ambos países.

TRABAJANDO PARA UNA REUNIÓN ÚTIL

El ministro de Asuntos Exteriores portugués, Augusto Saltos Silva, afirmó este viernes que España y Portugal están “trabajando intensamente” para que los ministros de Medio Ambiente de ambos países --Isabel García Tejerina y su homólogo luso João Pedro Matos Fernandes-- una “reunión útil” el próximo jueves día 12.

El ministro portugués hace referencia a la intensa actividad diplomática que existe entre ambos países en la cuenta atrás de un encuentro que, ahora mismo, está en el aire, como ya adelantábamos el pasado jueves.

“Evidentemente, si es una reunión con sentido útil, Portugal participará”, ha dicho, aunque matizando que “lo que no tiene sentido útil es una reunión sobre decisiones que están tomadas. Lo que tiene sentido útil es una reunión en la que los ministros puedan discutir frente a frente los argumentos, la razón de ser, los procedimientos a adoptar, las medidas de recuperación, si las hubiera”.

PROTESTAS FRENTE AL CONSULADO DE ESPAÑA

Ecologistas españoles y portugueses han decidido realizar el día 12 una protesta frente al consulado de España en Lisboa.

Una protesta que busca “mostrar que los grupos ecologistas están interesados en forzar el diálogo con el Gobierno español y obligarlo a decidir el cierre de la central de Almaraz, según el ambientalista portugués, António Eloy, del Movimento Ibérico Anti-Nuclear, en declaraciones a la agencia Lusa.