viernes, 29 de marzo de 2024 15:50
Sociedad

¿Te irrita oír como mastican los demás? Tiene una explicación científica

Se llama misofonia y es la intolerancia que algunas personas sienten a algunos sonidos, como los que otras personas hacen cuando comen. La ciencia ha descubierto por qué sucede.

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Masticar


Hay alguien comiendo a tu lado y no puedes atender a otra cosa que no sea el ruido que hace al masticar. Y eso te irrita mucho. Pues eso tiene un nombre. Se llama misofonia.


Los científicos han descubierto que las personas con intolerancia al sonido que otras personas hacen cuando comen tienen una actividad cerebral diferente cuando están en contacto que esos sonidos que les saca de quicio.


La misofonia fue identificada por primera vez en 2000 y apenas hay estudios publicados. Los misófonos sienten un sentimiento de rechazo y malestar cuando escuchan determinados sonidos, como el de un teclado, o un papel al ser rasgado o cualquier otro que nos rodea de forma cotidiana.


Hasta hace bien poco, los investigadores consideraban que este rechazo era síntoma de algún tipo de trastorno obsesivo-compulsivo. Pero ahora, nuevos datos sugieren que este pueda tener una explicación neurológica.


Neuronas 1


MAYOR ACTIVIDAD CEREBRAL


Los escáners hechos a los pacientes con misofonia mostraron un aumento de la actividad en el córtex insular anterior, una parte del cerebro responsable de determinar a qué cosas debemos prestar una mayor atención.


Los investigadores han observado que además había un aumento de conexión de esa área a otras zonas cerebrales, sobre todo hacia las relacionadas con la regulación emocional y de la memoria.


Los análisis hechos a personas con misofonía han mostrado también otra diferencia con respecto a los cerebros de personas que no tienen ese problema: en su córtex prefrontal ventromedial, la membrana grasa que recubre las células nerviosas y que ayuda a transmitir informaciones de unas a otras, es también mayor, una circunstancia que puede explicar una mayor conectividad entre las neuronas.


Estos resultados sugieren que los sistemas que inciden en aquello a lo que prestamos atención y respondemos de forma emocional está alterada en las personas que se sienten molestas con determinados sonidos. 

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