Sanidad insta al sector de la alimentación a producir alimentos más saludables
La Eurocámara reclama límites al uso de aceite de palma, usado masivamente en la industria alimentaria.
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, ha anunciado este martes en el Senado que antes de que concluya el año presentará un Plan Nacional de Colaboración para la mejora de la Composición de Alimentos y Bebidas con el objetivo de abordar la obesidad en España, especialmente en niños.
"Nos preocupa y ocupa la tendencia al exceso de peso y obesidad infantil, queda mucho trabajo por hacer y hay que seguir progresando", ha destacado la titular del ramo durante una interpelación del PSOE en la Cámara Alta, recordando que es un problema que "no entiende de partidos políticos".
Este plan, según Montserrat, estará sustentado en las conclusiones del Consejo de la Unión Europea celebrado en junio de 2016, en el se instó a los Estados miembros a elaborar un plan para ajustar las proporciones de sal, grasas y azúcares en coordinación con los agentes del sector.
De hecho, desde la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), dependiente de su Ministerio, ya se está trabajando con fabricantes, distribuidores y restauradores para conseguir "avances tangibles", tanto en términos de dieta saludable como de reducción de desigualdades en salud ligadas a la alimentación.
EL ACEITE DE PALMA, SEÑALADO
Y a uno de los ingredientes empleado masivamente en la fabricación industrial de alimentos, el aceite de palma, le salen trabas en Europa. El pleno del Parlamento Europeo ha reclamado este martes medidas para limitar su uso y condicionar su entrada en el mercado comunitario a una producción sostenible, al considerar que tiene un efecto directo en la deforestación de los bosques y que se vulneran con frecuencia derechos fundamentales y laborales en su proceso de producción.
Entre las medidas que plantean los eurodiputados figura la idea de un sistema de certificación para el aceite de palma que se quiera comercializar en la Unión Europea y también iniciar una retirada progresiva del uso de aceites vegetales que llevan a la deforestación en la composición de biocombustibles de aquí a 2020.
La Eurocámara denuncia, además, las condiciones de trabajo en este sector y el hecho de que se recurra con frecuencia a mano de obra infantil, además de que la explotación es causa de conflictos entre las comunidades autóctonas y quienes tienen las licencias de producción.
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