Guindos (BCE) avisa del riesgo de corrección brusca en los mercados y señala en particular a la IA
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, considera que las vulnerabilidades en materia de estabilidad financiera "siguen siendo elevadas", señalando en particular el riesgo en los mercados de ajustes bruscos ante la creciente concentración e interconexión entre "un puñado de grandes empresas tecnológicas estadounidenses" que deja a los mercados expuestos a riesgos derivados de posibles perturbaciones en los modelos de negocio basados en la IA.
En un discurso pronunciado en Fráncfort, el español ha destacado que si bien la incertidumbre ha disminuido parcialmente en la segunda mitad del año, sigue siendo una característica definitoria del momento y, aunque se ha evitado el riesgo de una guerra comercial a gran escala, las repercusiones negativas más allá del ámbito comercial ponen de relieve los riesgos para la estabilidad financiera.
En este sentido, la evolución de los mercados estadounidenses podría plantear desafíos para la estabilidad financiera de la zona euro en forma de fluctuaciones cambiarias desordenadas, los consiguientes efectos adversos en la competitividad comercial, así como fluctuaciones y repercusiones en los costes de financiación para gobiernos, empresas y bancos, mientras que la posibilidad de que las crisis políticas alteren el orden internacional plantea riesgos significativos de fragmentación geoeconómica y regulatoria en todo el mundo.
Entre las principales vulnerabilidades para la estabilidad financiera, Guindos se ha referido en primer lugar al riesgo de una corrección brusca en los mercados, después de que las valoraciones hayan escalado aún más desde abril, al mismo tiempo que "la concentración de mercado y la interconexión entre un puñado de grandes empresas tecnológicas estadounidenses se han incrementado", lo que deja a los mercados expuestos a riesgos derivados de posibles perturbaciones en sus modelos de negocio basados en la IA.
Además, para el vicepresidente del BCE la aparente desconexión entre la incertidumbre de la política económica imperante y la estabilidad de los precios de mercado "deja la puerta abierta a cambios bruscos en el sentimiento del mercado", por lo que, en caso de caídas repentinas del mercado, los balances de los intermediarios financieros no bancarios de la zona euro podrían verse presionados.
Asimismo, el exministro español de Economía y Competitividad ha advertido de otra vulnerabilidad relacionada con los desafíos fiscales que enfrentan algunas de las economías avanzadas, como Estados Unidos, señalando que, en la zona euro, algunos países aún sufren altos niveles de deuda, y se prevé que los elevados déficits presupuestarios persistan en los próximos años, mientras que los presupuestos deberán hacer frente a múltiples desafíos a medio y largo plazo, incluyendo la necesidad de incrementar el gasto en defensa.
"El incumplimiento fiscal y el desvío del nuevo marco fiscal de la UE podrían poner a prueba la confianza de los inversores, especialmente en países con entornos políticos más frágiles", ha comentado.
Por último, ha apuntado que si bien los bancos de la eurozona han demostrado resiliencia ante las recientes crisis, las entidades podrían enfrentar un deterioro en la calidad crediticia y un aumento en las necesidades de provisiones a medida que los efectos de los aranceles se extiendan por la economía real, ya que un empeoramiento de las condiciones económicas podría provocar un aumento de los impagos de las empresas, correcciones de valoración y pérdidas para fondos privados e sus inversores.
En este sentido, ha señalado que la creciente interconexión entre bancos y entidades no bancarias podría poner de manifiesto las vulnerabilidades de la financiación bancaria en condiciones de mercado adversas, aunque ha apuntado que, dado el tamaño aún modesto de los mercados privados en la zona euro, los riesgos generales que presentan hasta ahora parecen controlados.
"Ante este panorama, resulta crucial mantener la resiliencia de los bancos y del sistema financiero en general. Esto implica mantener las medidas macroprudenciales para los bancos implementadas en los últimos años, así como una supervisión más estrecha y el fortalecimiento del marco macroprudencial para el sector no bancario", ha concluido.

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