El Congreso condena las declaraciones de cargos públicos que inciten al odio y pide responsabilidad y tolerancia
La Comisión Constitucional del Congreso ha aprobado este martes una proposición no de ley del PSOE condenando cualquier declaración política realizada por cargos públicos que "fomente e incite al odio" y llamando a la responsabilidad y tolerancia de los representantes de los ciudadanos.
La iniciativa socialista, "en pro de la convivencia democrática, la tolerancia y el respeto", ha salido adelante gracias a los 19 votos del propio PSOE y socios, mientras que el PP y Vox la han rechazado y Unión del Pueblo Navarro (UPN) ha optado por abstenerse.
En concreto, en el texto aprobado, el Congreso condena cualquier declaración política realizada por representantes públicos que fomente e incite al odio hacia cualquier persona o grupo social por motivos de nacimiento, origen racial o étnico, sexo, religión, convicción u opinión, edad, discapacidad, orientación o identidad sexual, o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
CONTRA LOS MENSAJES POPULISTAS DE EXTREMA DERECHA
Asimismo, la Cámara recuerda que los representantes públicos tienen una función y responsabilidad "esencial" en la lucha contra la incitación al odio y la intolerancia, "debiéndose abstener de realizar cualquier declaración pública que fomente e incite al odio, así como en la obligación de denunciar públicamente los casos de odio".
Por último, el Congreso reclama un "compromiso" con la promoción de la convivencia pacífica y el respeto a la diversidad y la defensa de los derechos humanos, "particularmente de la libertad religiosa protegida por el artículo 16 de la Constitución".
El PSOE presentó esta proposición ante "el problema social" que supone el "tsunami de odio" que está recorriendo los países europeos como consecuencia del "auge de las formaciones populistas de la extrema derecha debido a la propagación de sus mensajes claramente alarmistas, denigrantes y excluyentes".
En concreto, en la exposición de motivos de la iniciativa aprobada, los socialistas dirigen sus críticas a Vox, al que acusan de acatar "de forma habitual" la cultura y la religión islámica con un discurso "claramente negativo, prejuicioso, ofensivo e, incluso, violento, vinculando a las personas que profesan dicha religión con la delincuencia, la aporofobia, la inseguridad ciudadana, el fundamentalismo y el terrorismo yihadista".
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