En el documento citado se clasifica a cien ciudades del mundo según el número de grandes fortunas que viven en ellas, pero también según la inversión entrante, las métricas de sostenibilidad o el estilo de vida de los habitantes de la ciudad en cuestión.
Los técnicos de Hacienda ven posible aumentar el impuesto a las grandes fortunas.
el empresario estadounidense Bill Gates ha vuelto a ser en 2017 el hombre más rico del mundo, tras incrementar un 14,66% su patrimonio, que alcanzó los 86.000 millones de dólares.
La ONG Oxfam Intermón ha calificado de indecente y obscena la acumulación de riqueza y asegura que la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor.
Forbes ya ha publicado la lista de las 100 mayores fortunas españolas.
La riqueza del fundador de Inditex asciende a 71.000 millones y equivale a la de los 24 más ricos siguientes de España | El presidente de Ferrovial cierra el 'Top 3'.
La noticia ha causado algo más que alarma social. No por sospechado su efecto ha sido menor. La propagación mediática ha incrementado --más si cabe-- el desencanto de las gentes respecto a la justicia en el pago de los impuestos. Ha sido otra constatación del axioma que proclama que en todas partes hay “ricos y pobres”, o “listos y tontos”.
La posibilidad de que pueda haber un cambio de Gobierno en España provoca que los ricos abran cuentas en Suiza, Luxemburgo o Reino Unido por la preocupación a un ejecutivo de izquierdas. La fiscalidad hace que decidan ir al extranjero para evitar las medias que podrían adoptarse si, finalmente, el Partido Popular deja la presidencia. Los patrimonios altos buscan países estables y predecibles que a su vez sean centros financieros importantes.