​La catedral de Notre Dame "sigue en peligro"

La catedral de Notre-Dame, en París, "sigue en peligro" debido a la fragilidad de las bóvedas y al riesgo de derrumbe de un andamio construido alrededor de la torre, antes del incendio de abril que dañó el monumento, alerta el arquitecto responsable de las obras.

La catedral de Notre-Dame fue arrasada por un incendio el 15 de abril de este año, que causó profundos daños en el interior y en el techo y provocó el derrumbe de su torre, lo que obligó a llevar a cabo trabajos de restauración durante varios años.

El arquitecto encargado de la restauración de la catedral, Philippe Villeneuve, ha advertido ahora de los riesgos que persisten y de otros que están empeorando, meses después de que se extinguiera el incendio.

"El monumento sigue en peligro a dos niveles: el de las bóvedas, que podrían caer, y el de los andamios, que podrían derrumbarse", señala el arquitecto, que ha añadido también que existen entre 200 a 300 toneladas de escombros.

Philippe Villeneuve había comenzado a trabajar en la restauración de la torre, que se derrumbó durante el incendio, y destaca los problemas causados por el andamio que se construyó a su alrededor incluso antes del incendio, y que ahora amenaza con derrumbarse, ya que está deformado por el calor de las llamas.

Villeneuve dice que podrá conservar parte del andamio debilitado y luego montar otro andamio de 50 metros de altura, que se asentará sobre un conjunto de vigas donde será posible trabajar en la restauración.

GRAN RIESTGO HASTA MEDIADOS DE 2020

El arquitecto, sin embargo, no da ninguna certeza sobre el plazo de finalización de esta estructura y dice: "No podremos estar realmente tranquilos hasta mediados de 2020".

Tras esta fase, el equipo de Villeneuve instalará otras estructuras de protección que permitirán reconstruir la cubierta, sea cual sea el material utilizado (madera, cemento u otro).

Philippe Villeneuve lamenta que las tres semanas en las que hubo que interrumpir las obras debido a una alerta sobre el riesgo de derrumbamiento hayan retrasado esta fase de restauración, que es crítica para la seguridad del monumento.

El arquitecto dice que otro reto difícil es conciliar la rapidez del trabajo con las normas de seguridad de los trabajadores, que se someten a exámenes médicos todos los meses para detectar la presencia de plomo en su sangre debido al contacto con material contaminado.