UN ASESINO INVISIBLE ANDA SUELTO

Los datos que nos está dejando la pandemia del coronavirus en el mundo hielan la piel. Hay más de 13 millones de personas infectadas y más de 572.000 han muerto. ¡Más de medio millón de personas!.

La OMS nos pide que nos unamos. La UE  prepara medidas económicas para atenuar la crisis económica que ya tenemos encima. Desde el Ministerio de Sanidad llaman, una y otra vez la atención para que mantengamos las medidas mínimas de seguridad sanitaria. En la Generalitat ponen todo de su parte para hacernos saber cómo tenemos que protegernos e intentan aislar los rebrotes de Lleida y l’Hospitalet. La Diputación de Barcelona ha llenado de recursos y nuevos servicios a los desbordados Ayuntamientos. Los Ayuntamientos implementan medidas a diestro y siniestro, día sí y día también. 

Pero al final de esta cadena, quién tiene la responsabilidad de ponerse la mascarilla, lavarse las manos y mantener la distancia sanitaria de seguridad de 1,5 metros eres tu. La responsabilidad de lo que sucede en tu barrio, en tu municipio, Catalunya, España, Europa y el mundo también depende de ti.

El COVID-19 es un asesino silencioso. No lo ves, pero está ahí. No lo puedes oler pero se cuela por tus vías respiratorias si no llevas mascarilla. No lo puedes tocar pero si él te toca a ti tus defensas tendrán que batirse con él. No lo puedes escuchar, pero escucha los testimonios de quienes lo han padecido, son terribles o de quienes han luchado contra él, son desgarradores. Y aunque no lo sientas por ninguno de tus cinco sentidos, tu sexto sentido lo presiente y como una vocecilla te advierte: “protégete, protégenos”.

Las historias que nos deja este "bicho", "El Bicho", para siempre permaneceran con nosotros, por sus dosis de herocidades a raudales, por sus dosis de egoismo insoportables, por lo bueno y por aquello que no lo ha sido. La solidaridad que nos ha reconfortado y la insolidaridad que nos ha indignado. 

Para siempre recordaremos a esos abuelos abandonados a las puertas de algunos hospitales, a las abuelas que se nos han ido a miles en casas y residencias, para dolor de sus seres queridos y  en un dolor social compartido. Ha habido embarazadas y sus hijos "no natos" despedidas en silencio. Pavellones de hielo. Donaciones a espuertas. Botellones y celebraciones íncivicas. Bomberos, ONG, polícias, sanitarios, voluntarios, limpiadoras, etcètera que han trabajado hasta la extenuación. 

Son tantas las imágenes en nuestra retina que forzosamente ya no somos los mismos, ni podremos volver a serlo. Pero lo que si está en nuestras manos, en las de todos, del primero al último es cuidarnos. 

Un asesino invisible anda suelto y nos tiene a todos en su macabra lista. Le da igual tu edad, si eres joven o si estás jubilado. Le da igual si sabes mucho o no sabes nada. Le da igual si eres hombre o mujer o del género con el que te identifiques. Si eres bueno o malo, cuánto ganas o dónde vives. Él tiene la guadaña en la mano y quiere llevarse a muchos cada día, en cada lugar del mundo. Recuerdalo porque esto va de estar alerta todos los días, porque aunque los científicos de todo el mundo han unido sus fuerzas para encontrar una vacuna que nos libere de "El Bicho",  por mucho que corran y quieran hacerlo pueden tenerla para la primavera de 2021. Así se claro, así de duro, así de injusto.

Mientras tanto toca ser responsables, ser precavidos y jugar en equipo. ¿Por qué?, porque nos va la vida en ello, la tuya, la mía, la de las personas a las que quieres, a las que no, a las que conoces, a las que nunca conocerás. Un asesino invisible anda suelto y tú, que me lees puedes detenerlo. Únete al equipo de la gente que le planta cara "Al Bicho". Ponte tu mascarilla, lávate las manos y mantén la distancia de seguridad sanitaria. Y a los que ya lo hacen, ¡gracias!.