viernes, 29 de marzo de 2024 02:34
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Barcelona pierde competitividad respecto a Madrid por la tensión polìtica

A diferencia de Barcelona, Madrid tejió redes entre los líderes regionales tras la dictadura, en parte gracias a que los gobiernos fueron del mismo tinte político -socialistas. 


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Desde la década de los noventa, Barcelona ha perdido peso económico en relación a Madrid. El motivo, según explican en un estudio Andrés Rodríguez-Pose y Daniel Hardy, investigadores en Geografía Económica de la London School of Economis (LSE), son las tensiones políticas. Mientras que Madrid ha logrado tejer relaciones entre los sectores sociales, económicos y políticos, en Barcelona no deja de aumentar la división. 


Dos mujeres pasean a sus perros por la entrada del Parc de la Ciutadella de Barcelona, cerrado



El estudio recoge datos de las últimas cuatro décadas para mostrar que Madrid supera con creces a Barcelona económicamente "en casi todos los ámbitos". Pero no siempre fue así: en 1975, la economía de Barcelona era un 25% más potente que la madrileña. Además, en ese momento la región metropolitana de Barcelona era más poblada que Madrid, mientras que hoy en día Madrid supera en casi dos millones de habitantes a la AMB. 


Según revelan los investigadores, la "sociedad más dividida" en Barcelona, consecuencia de las "fracturas crecientes y profundas" ha "impedido que se tiendan puentes entre grupos". Esta situación ha traído "una evolución económica mucho peor de lo que se preveía para la ciudad". Mientras que Madrid, dicen los autores, "ha conseguido crear una sociedad más maleable, lo que ha permitido la creación de una ciudad más dinámica económicamente, más abierta y más conectada internacionalmente".


Entre el 2010 y el 2018, Madrid se llevó el 65% de las inversiones directas extranjeras, que en Catalunya no llegaron al 16% -aunque en los ochenta, era de un 30% en Catalunya. 


Los Juegos Olímpicos, un antes y un después

El estudio muestra que desde la transición democrática hasta 1992 hubo un periodo muy positivo para Barcelona, ya que la ciudad hizo un gran esfuerzo por modernizarse. Pero tras las olimpiadas, "grupos fuertemente identitarios y comunitarios que habían promovido el dinamismo económico de Barcelona, se han convertido en un lastre", indican los investigadores. Estos grupos, según dicen, "han facilitado la polarización de sus ya divididas comunidades, perjudicando a la inclusión. Esto está afectando al uso del talento, entorpeciendo el desarrollo y la promoción de la actividad económica, y conduciendo a un conflicto en ciernes, que ya fue evidente en la ciudad, y entre parte del área metropolitana y la mayoría del resto de Cataluña, durante la reciente aceleración proindependencia".


A diferencia de Barcelona, Madrid tejió redes entre los líderes regionales tras la dictadura, en parte gracias a que los gobiernos fueron del mismo tinte político -fueron socialistas. 


Un ejemplo de Rodríguez-Pose para mostrar las disputas barcelonesas es el de Montjuïc: "El recinto de Montjuïc se quedó pequeño, y las discusiones entre el Ayuntamiento, la Generalitat y los agentes privados retrasaron la ampliación. Barcelona tardó en ponerse las pilas y eso le ha hecho perder mercado". Como consecuencia, señala, algunas ferias han optado por Madrid a pesar de que hace unos años se hubieran "instalado en Barcelona". 


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