Cuando la popular Sara Montiel cantaba aquello de "agua que no has de beber déjala correr, déjala, déjala?." Seguramente, ni se estaba fumando uno de sus populares habanos, ni tampoco conocía al Ministro Cañete, pero, aun así, la letra de tan singular canción nos sirve hoy para redefinir la decisión que acaba de tomar el Gobierno sobre el Plan Hidrológico y las consecuencias que el mismo tiene para quienes defienden la pervivencia del delta del Ebro, frente a los que, acuciados por la falta del liquido elemento, buscan en el Ebro la solución a todos sus males, tanto como regantes, como usuarios del llamado agua de boca.
Cuando la popular Sara Montiel cantaba aquello de "agua que no has de beber déjala correr, déjala, déjala?." Seguramente, ni se estaba fumando uno de sus populares habanos, ni tampoco conocía al Ministro Cañete, pero, aun así, la letra de tan singular canción nos sirve hoy para redefinir la decisión que acaba de tomar el Gobierno sobre el Plan Hidrológico y las consecuencias que el mismo tiene para quienes defienden la pervivencia del delta del Ebro, frente a los que, acuciados por la falta del liquido elemento, buscan en el Ebro la solución a todos sus males, tanto como regantes, como usuarios del llamado agua de boca.
Partiendo del hecho irrebatible de que el río Ebro nace en Fontibre y que recorre siete comunidades autónomas, a saber. Cantabria (donde nace), Castilla y León, La Rioja, País Vasco, Navarra, Aragón y Catalunya y también que su cuenca suministra drenaje a la Comunidad Valenciana y a Castilla la Mancha, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que estamos, no solo ante el rio mas caudaloso de España, sino frente al mas generoso de todos con sus compatriotas pese a lo cual siempre acabamos discutiendo por el derecho a regular su caudal como si éste fuera propiedad de todos pero cada uno tuviera mas derecho que su vecino para dejarle sin agua.
Europa, mientras tanto, nos mira atónitos y espera todavía que venga un gobierno que ponga de acuerdo a tan malos inquilinos, para no tener que aplicarnos sanciones ejemplares, por tanto descontrol, en unos tiempos, en el que al agua es un bien escaso y vital para las futuras generaciones que como todo siga igual, heredaran de la nuestra, un planeta sucio y contaminado. Y aun así hemos vuelto a las andadas y sobre todo,quienes viven y trabajan en el Delta del Ebro, se han vuelto a quejar de que la decisión que se ha tomado, no solo es injusta, sino también peligrosa para el medio ambiente y por lo tanto, para la supervivencia de las tierras y la fauna que vive en la desembocadura del río. Curiosamente, los regantes de la margen derecha que abarca parte de la ribera catalana ven con buenos ojos la decisión que se ha dictaminado, mientras que los de la izquierda no se fían ni un pelo del gobierno de Rajoy y se preparan para reeditar viejas y aguerridas manifestaciones, en las que, es seguro, que la clase política catalana y española, en plenas elecciones europeas, va intentar sacar partido de un asunto que debería abordarse desde la racionalidad y el sentido común.
Como el Ministro Arias Cañete es el que mejor imagen tiene en el actual Gobierno, y además es un firme candidato a irse a Europa en busca de una Vicepresidencia en la Comisión que gobernará la UE en los próximos años, es mas que probable que sea de los que mas y mejor sepa de que va la cosa del Ebro de cuantos le han precedido en el Ministerio. Por eso extraña que sus cálculos sean tan distantes de los que el pragmatismo europeista dictaría para una desembocadura que solo requiere de estudios científicos solventes y alejados de los intereses privados para saber que caudal es el necesario para preservar el Delta sin que éste sufra la mas mínima erosión. ¿Tendremos pues que acudir a un organismo internacional para que mediando en el contencioso nos saque definitivamente de dudas y nos evite los enfrentamientos cíclicos que se producen?.
Pues no les digo yo que no??
Manuel Fernando González, director y editor de Catalunyapress
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