UN MUNDO SIN HUMANOS

En las estanterías de las buenas librerías se puede encontrar un libro titulado “El mundo sin nosotros”. Se trata de un ejercicio de ficción científica en el que imagina el autor que de la noche a la mañana la totalidad de los humanos hemos desaparecido de la faz de la tierra.

Las calles están vacías, los comercios vacíos con estanterías repletas de productos, los trenes y autobuses parados, las fábricas están desiertas, las fuentes públicas funcionan hasta que sus baterías dejen de suministrar energía; nadie se pasea por la calle. Solo algunos transformadores seguirán dando energía durante cierto tiempo en puntos estratégicos como las centrales nucleares.

Al cabo de un año las calles ya han modificado su aspecto. Ganan terreno las plantas y los árboles. El asfalto aparece deteriorado por la fuerza de la naturaleza y sin embargo los humanos no existen. En las casas el proceso destructivo habrá comenzado por los techos. Aparecerán goteras derivadas de las lluvias con lo que la humedad y el agua estancada serán un perfecto nido para bacterias, y microbios. Se abrirá a toda velocidad la vida sin necesidad de nuestra tecnología, ni nuestros cuerpos.

Al cabo de pocos años más, quizás cien, las selvas habrán engullido todo lo que nosotros hemos destrozado. Los árboles crecerán en casas derruidas, los lobos abarrotarán las ciudades, la contaminación radioactiva cubrirá, gran parte de nuestro cielo; habrían desaparecido especies consideradas muy hogareñas como perros, gatos, vacas ovejas o gallinas...

En fin que uno acaba preguntándose ¿que sería de nuestro planeta sin nosotros? Pues depende de cómo se mire. Pero por si acaso tal vez habrá que empezar a mirarlo cada uno desde su óptica y pensar que sin nosotros el planeta tierra seguiría funcionando... de otra manera pero funcionando.

Y mientras tanto vamos a seguir peleándonos entre nosotros, con la religión como excusa o con cualquier otra porque tarde o temprano la ficción se podrá hacer realidad y nosotros seremos los culpables.