Antoni Poveda | PSC
En las guerras todo vale y en la política, cuando se llega a una situación extrema en la guerra dialéctica o táctica, suelen utilizarse todos los recursos de los que se disponen y más. En los partidos, las batallas que se libran para liderarlos suelen ser duras, dependiendo de los pactos de no agresión o de limpieza en la contienda. Al final, los candidatos a dirigir el partido no deberían ser enemigos, sino adversarios por el bien del mismo. Así debería ser, en teoría, pero en la práctica, las cosas funcionan de otra manera.
En las primarias del PSC, las cosas no están funcionando con lealtad, respeto y “juego limpio” sino más bien todo lo contrario. De hecho, me atrevería a decir que se ha entrado en una guerra fratricida, sucia y con malas artes que puede dejar demasiados heridos y muertos en el camino, para desgracia del socialismo catalán.
El posicionamiento de determinados alcaldes a favor de la candidata Nuria Parlon, podría ser lo más normal del mundo porque la democracia permite la libre elección y el voto a un candidato, pero cuando estos utilizan determinadas instituciones públicas como es la Federación de Municipios y Provincias de Catalunya, que preside Xavier Amor, para gestar el salto a la calle Nicaragua, no es ni ético, ni transparente ni leal, por mucho que ellos lo nieguen. Quienes forman parte del “complot de alcaldes” son parte de la ejecutiva de la FMC -evidentemente los sociatas-, entre ellos el propio Xavier Amor, la alcaldesa de Sant Boi, Lluisa Moret, la de Gavà, la de Sant Pere de Ribas, la alcaldesa de Rubí, la cabeza de lista y hasta hace poco alcaldesa de Castelldefels y alguno más. El que no ha entrado en ese juego sucio es el alcalde de Tarragona, Fèlix Ballesteros.
Y no solo eso, sino que estos alcaldes/as están presionando a sus cargos de confianza, a los que ellos han colocado en sus respetivos ayuntamientos, para que voten a Nuria Parlon. ¿Juego sucio? Más que sucio, indigno de demócratas que se dicen socialistas y astucias de otros tiempos lejanos que ellos han criticado. “Donde no hay más que una mañosa astucia, necesariamente hay mezquindad. Decir astutos es decir mediocres”, suelen decir los entendidos.
La guerra en las primarias es ya un hecho y la actitud de estos alcaldes de la FMC, con sus maniobras en la oscuridad, no son dignas del cargo que ostentan. Todo no vale ni el fin justifica los medios, pero teniendo en cuenta la “mula” que lleva el carro del proyecto, Antoni Poveda, todo es posible. Que Dios les coja confesados.
Eran pocos y parió la burra.
Escribe tu comentario