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Durante casi un cuarto de siglo, López de Lerma estuvo en el Congreso de los Diputados como segundo de Roca, en el mal llamado grupo ‘Minoría Catalana’ (¿sólo ellos eran catalanes?). Ahora ha recogido anécdotas de aquel período en un libro; un título significativo Cuando pintábamos algo en Madrid. Su estilo es ágil y divertido, y recurre a un chismorreo ‘dosificado’. 

Josep López de Lerma abandonó la política en 2004 y lo hizo público en una solitaria rueda de prensa. Partidario del diálogo, la transacción y la concordia, ‘lo inteligente es tender puentes’ y ser serios, se dio de baja de Convergència hace cinco años. Él sabía mucho, incluido un dossier de ‘la familia’, pero nunca quiso saber nada… Pujol rechazó por seis veces que CiU entrara en el Gobierno, “en beneficio de Cataluña, dijo, pero nunca me lo creí. Hoy, menos”. 

Hasta seis ofrecimientos hubo, entre Adolfo Suárez, Felipe y Aznar. El propio López de Lerma no fue Presidente del Congreso por exclusiva decisión del ex honorable señor de Cataluña. No obstante, al segundo de Roca se le va la mano cuando suelta este disparate: “Cataluña con Jordi Pujol nunca tendría ministros en el Gobierno de España”; estamos donde estamos por haber consentido expresiones como ésta. Por estas páginas circulan los tejemanejes del propio autor y los de Federico Trillo o Javier Arenas. Pero hay un lugar especial para Pere Esteve, presentado como engreído y pretencioso, o para Carme-Laura Gil, quien desde un origen anti-CiU (sic) ingresó en CDC con sentido de la oportunidad; si bien, no aparece aquí como una ‘talibán’. 

En cuanto a Xavier Trias, se limita a consignar: “de mote ‘Quejica’ o ‘Liante’”. Artur Mas le pidió opinión para pactar, ¿por qué no con ERC? La respuesta de López de Lerma fue: “Por la sencilla razón de que no son fiables. A estos les van las chirucas y subirse al monte”. Aquí se insiste en que Aznar, ya con mayoría absoluta y sin interés partidario, ofreció cargos ministeriales a CiU. López de Lerma se refiere a los columnistas de Pujol, pero él acabó siendo uno de ellos. 

En la opacidad del Pacto del Majestic, entre PP y CiU, se acordó que el Estado diese por debajo de la mesa a la Generalitat casi 18.000 millones de pesetas, para el Eix Transversal. Unos y otros fingieron total disimulo y Pujol inauguró en 12 ocasiones diversos tramos de esos 150 kms. que van desde Cervera a Riudellots, como si fuera exclusiva obra suya. Más engaño impune.