El 90% de los adolescentes ha amenazado a sus padres
Especialistas alertan de la "gravedad" del problema de la violencia filio-parental, que es ocultada y se tarda una media de tres años hasta que se denuncian los malos tratos.
Especialistas alertan de la "gravedad" del problema de la violencia filio-parental, que es ocultada y se tarda una media de tres años hasta que se denuncian los malos tratos. El silencio de quienes son objeto de agresiones no acalla que existe un mayor conocimiento de las agresiones ejercidas por niños, adolescentes y jóvenes aparentemente normalizados, sea cual sea su estrato social, procedencia o bagaje cultural. Sus conductas violentas están cada vez más extendidas y se proyectan en el ámbito familiar, y a veces en exclusiva y la situación es grave.
De hecho el 11% de los hijos insulta, ridiculiza o chantajea emocionalmente a sus padres más de seis veces al año; el 3,2% les pega al menos tres veces cada año. Y según un estudio realizado por la Universidad de Deusto, que durante tres años ha realizado un seguimiento a 2.700 escolares vascos de entre 13 y 17 años. En el primer año de investigación se constató, que el 90% de los adolescentes no tenía reparos en reconocer esta conducta agresiva al menos una vez al año. Por ello, los dos años siguientes se orientaron a las conductas más severas. Y a este respecto, el estudio concluye que el 11% de los hijos somete a agresiones psicológicas extremas a sus padres, a quienes insultan, ridiculizan o chantajean emocionalmente más de seis veces por año. Además, el 3,2% lleva estas prácticas a lo físico mediante puñetazos, patadas o mordiscos al menos tres veces al año a sus progenitores.
Además se han recibido consultas de padres que son objeto de agresiones de hijos de 6, 7 u 8 años y también por encima de los 30 años en el otro extremo. Y todo porque en el mundo occidental, se ha pasado de un modelo “más autoritario, más vertical” al extremo de un prototipo “más cercano y horizontal”, con lo que los padres y los profesores “han perdido autoridad”. Y se tiene que romper con la falsa creencia de que este tipo de violencia sólo alcanza a familias desestructuradas o multiproblemáticas ya que se da en familias "normalizadas".
Y según los especialistas los mayores recursos disponibles evitan en algunos casos que se llegue a presentar la denuncia. “Debemos hacer énfasis en trasmitir que es un problema social y cultural en el que se puede intervenir y que tiene solución”, concluye Pereira.
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