El PP siempre dice no

El president Mas ha dejado meridianamente clara en su intervención en el debate de política general en el Parlament su voluntad inequívoca de la consulta el 9-N y su convencimiento de que se podrá votar dentro de la legalidad aplicando la ley de consultas para que su resultado pueda ser leído con nitidez y a la vez democráticamente aceptado por todos.

El president Mas ha dejado meridianamente clara en su intervención en el debate de política general en el Parlament su voluntad inequívoca de la consulta el 9-N y su convencimiento de que se podrá votar dentro de la legalidad aplicando la ley de consultas para que su resultado pueda ser leído con nitidez y a la vez democráticamente aceptado por todos.

La consulta -que no es vinculante- no es un capricho de unos partidos políticos, sino la demanda explícita de una gran mayoría de catalanes y catalanas, como ha quedado reiteradamente demostrado en las urnas y en la Diada. Tampoco se puede pretender hacer la consulta saltándose la legalidad porque hacerla fuera del marco legal le restaría credibilidad y trascendencia ante la comunidad internacional.

Como subrayó el presidente Mas, hay que hacer las cosas bien, paso a paso y sin prisa con la unanimidad de las fuerzas políticas comprometidas en llevar adelante el proceso nacional. Hay un compromiso, un calendario, una pregunta y, sobre todo, una voluntad mayoritaria de la sociedad catalana para que se pueda ejercer el derecho a decidir.

Los partidos comprometidos con la consulta debemos cerrar filas junto al presidente y darle pleno apoyo. Desde Unió así lo hacemos desde el primer día. Sabemos que el camino no es fácil ya menudo, tampoco agradable. Hoy mismo hemos escuchado a un ministro del PP amenazar con suspender la autonomía de Catalunya si el proceso sigue adelante.

Aún no han entendido que con prohibiciones no se resolverá el llamado problema catalán como lo demuestra la historia de los últimos trescientos años. Las declaraciones del ministro Margallo no contribuyen a su solución, más bien lo contrario.

Deberían saber que silenciando los anhelos de votar no se gana la estima de un pueblo. Hasta ahora todo lo que han ofrecido en Cataluña son anuncios de recurso al Tribunal Constitucional, insinuaciones amenazantes de suspensión de la autonomía, silencios y un perenne decir no a todo. Con estas herramientas, ¿de verdad creen que seducirán alguien?

Benet Maimí, secretario de organización de Unió Democràtica de Catalunya