Tras el paréntesis estival, Cataluña retoma el curso político con el reto más trascendente de su historia reciente. Tenemos a tocar la consulta del 9-N. Nos proponemos hacerla democráticamente, cívicamente y amparada en la legalidad. Para ello, la ley de consultas, una vez validada por el Consejo de Garantías Estatutarias, entra en su fase final. Sin embargo, nada será fácil: el gobierno español hace apología de su política de decir no a todo lo que viene de Cataluña y, antes de que la ley sea aprobada, ya ha manifestado su voluntad de presentar recurso de inconstitucionalidad.
Tras el paréntesis estival, Cataluña retoma el curso político con el reto más trascendente de su historia reciente. Tenemos a tocar la consulta del 9-N. Nos proponemos hacerla democráticamente, cívicamente y amparada en la legalidad. Para ello, la ley de consultas, una vez validada por el Consejo de Garantías Estatutarias, entra en su fase final. Sin embargo, nada será fácil: el gobierno español hace apología de su política de decir no a todo lo que viene de Cataluña y, antes de que la ley sea aprobada, ya ha manifestado su voluntad de presentar recurso de inconstitucionalidad.
La miopía del gobierno central persiste. Ignora que no es la obsesión de unos partidos (por cierto, ampliamente mayoritarios en el Parlamento) sino la exigencia y el deseo de una gran parte de los ciudadanos de Cataluña. En todo caso, queda clara la nula la voluntad de diálogo del gobierno central. A estas alturas no ha presentado ni una sola propuesta alternativa -y subrayo que si lo hiciera debería igualmente ser refrendada en las urnas.
Pero no es el único tema que ocupa y preocupa al gobierno de CiU. Del mismo modo que avanzamos en nuestro compromiso electoral de la consulta, nuestro programa también contempla como ejes fundamentales apostar decididamente por la recuperación económica con ayudas y apoyo a la economía productiva y garantizar la sostenibilidad del estado del bienestar . Y los datos de paro del mes de agosto demuestran que luchar en contra es un objetivo prioritario.
Estos tres ejes fundamentales: construcción nacional, recuperación económica y consolidación del estado del bienestar son indisolubles. Los tres son fundamentales para la cohesión social de nuestro país.
Por este motivo, indigna escuchar voces del socialismo español y catalán que reprobado contra los recortes cuando fue su pésima gestión de las finanzas publicas las que las han hecho inevitables. Y también indigna oír las que reclaman que deberíamos estar agradecidos por los anticipos del ministro Montoro ya que obvia que los recursos que tan escasamente da en Cataluña no son más que una mínima parte de los recursos que los catalanes y las catalanas generamos y que no nos son devueltos.
Estamos, pues, ante retos excepcionales que no serán fáciles. Si somos capaces de hacer las cosas bien, nuestro país será el lugar que se merece. El futuro es ahora más que nunca en nuestras manos.
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