martes, 23 de abril de 2024 12:45
Opinión

Crisis, desigualdades e impuestos

Roberto Laxe
Roberto Laxe

Según Intermon Oxfam, que a pesar del ministro Montoro y del sr Feijoo, no son peligrosos antisistema "violentos", sino una ONG que se dedica a ponerle parches al sistema: "... España recauda poco, menos que la media de los países europeos.

la recaudación proviene del trabajo y el consumo de los ciudadanos, y no de las rentas del capital ni de los beneficios de las empresas. Las familias aportan alrededor del 90% de la recaudación, y las empresas el 10% restante. Las grandes empresas, menos del 2%. Es decir, las familias aportan casi 50 veces más que las grandes empresas".

La crisis y las desigualdades: desmontando un mito

No es que antes del 2007 no hubiera desigualdades, ni que sean exclusivas del Estado Español, las había y profundas. Son intrínsecas al capitalismo, donde la pobreza no es un fenómeno natural consecuencia del bajo desarrollo productivo como en el feudalismo o el esclavismo, sino que es artificial. La pobreza en el capitalismo viene dado por el hecho de que "cuanto más ganan los medios de producción en recursos y en potencia, (...) más precaria se hacen la condición del asalariado y la venta de fuerza de trabajo" ("El Capital de K. Marx", Carlo Cafiero). Si éstos medios no fueran privados, y la riqueza generada por la sociedad se distribuyera en base a criterios de planificación, racionales y democráticos, las desigualdades desaparecerían inmediatamente.

El mito de que las desigualdades surgen ahora no es cierto, sino que pervivió incluso mientras la capacidad productiva del sistema podía combinar la acumulación de capital con concesiones a los asalariados / as en forma de "salario indirecto", es decir, del Estado del Bienestar. Pero la crisis del 2007 se lo llevó por el desagüe, y resurgen con toda su fuerza las desigualdades capitalistas, la "working poor", es decir, la clase obrera como el sector de la sociedad que es pobre: tener un salario vuelve a no ser garantía de salir de la pobreza.

La caída de la tasa de ganancia y el neoliberalismo

En el fondo de las desigualdades esta la estructura de producción. El sistema ha desarrollado tanto la capacidad productiva, que la generación de beneficios esta puesta en cuestión. La tasa de ganancia es la relación inversamente proporcional entre productividad del trabajo y beneficios empresariales, a través de la caída del tiempo de trabajo socialmente necesario para producir una mercancía.

Para Gérard Duménil y Dominique Lévy, en su obra Crisis y salida de la crisis, hasta los 80 "La tasa de ganancia que en EEUU durante el periodo 1965-1974 era del 20,7 %, cayó en el periodo 1975-1984 hasta el 15,9 %; mientras que en Europa que durante el periodo de 1965-1974 era del 19,1 %, cayó en el periodo 1975-1984 hasta el 14,1 %", y nos dan dos series de datos más: "la tasa de acumulación que durante el periodo 1965-1974 era en EEUU de 4,4 %, cayó en el periodo 1975-1984 hasta el 3,3 %; mientras que en Europa, considerando los mismos periodos, desde el 4,8 hasta el 2,3".

Las pérdidas se sustituyeron por las ganancias generadas por los "genios de las combinaciones financieras" como definió Lenin a los especuladores; por la ofensiva neoliberal de los últimos 30 años. No se resolvió la crisis generada, sino que sentaron las bases de la crisis actual.

La ley del péndulo

Mientras el capital tuvo altas tasas de rentabilidad en sus inversiones productivas (tasa de plusvalía y de ganancia), y como una manera de desactivar la capacidad revolucionaria de la clase obrera, los gobiernos hicieron concesiones a sus sectores más acomodados, la "aristocracia obrera" en palabras de Lenin, que se acabaron en los años 70, cuando tras años de caída de la tasa de ganancia, salto a la palestra el neoliberalismo. Con Thatcher y Reagan a la cabeza, se liberalizó totalmente la economía, con el aumento de la especulación y la deuda publica y privada para tapar contablemente los agujeros en los beneficios empresariales.

En este camino los gobiernos de todos los colores, con el español de manera descarada, han incrementado exponencialmente la deuda con rescates bancarios y empresariales; el E Español entro en la crisis con el 30% del PIB de deuda publica y hoy esta casi en el 100%. ¿De donde sale, si ha habido recortes brutales en los gastos sociales?

Pero deuda y déficit publico no solo son generados por los rescates bancarios, los demás beneficios fiscales para los empresarios (subvenciones, descuentos, etc.), se incorporan al déficit publico financiado a través de la emisión de deuda publica, que paga fiscalmente la clase trabajadora.

Una reforma fiscal progresiva y la expropiación de banqueros y grandes empresas

El edificio "recaudatorio" del sistema capitalista se basa en la explotación de la clase obrera y su consumo, pagando los impuestos directos e indirectos, especialmente a través del IVA; impuesto que solo se pagan integro los asalariados y asalariadas. Todo aquél que, actuando como "intermediario" en la vida económica (el que genera las rentas de capital, como empresarios y autonomos) y pueda cruzar facturas, lo repercutirá, consiguiendo su devolución por Hacienda. De esta manera, las rentas del trabajo soportan el sistema, mientras se benefician a las del capital con las sucesivas reformas de la política fiscal (desaparición del Impuesto de Patrimonio, la suavización del Impuesto de Sociedades, las SICAV, verdaderos paraísos fiscales que solo pagan el 1% de los beneficios), o las subvenciones para el consumo (planes Renove, etc, etc).

Junto a ellas encontramos la economía sumergida, el "dinero negro", cifrada en el 19% del PIB, que no cotiza a Hacienda; un fraude fiscal que según el "antisistema" Consejo Económico y Social ?empresarios, sindicatos y sociedad civil- se sitúa entre los 50 y 60 mil millones euros, en un 90% atribuible a banqueros y grandes empresas.

Sumando todas estas cantidades, aparece nítidamente la primera medida para evitar los recortes: derogación de todas las reformas fiscales, una política fiscal progresiva, a partir del principio que pague más quien más tiene y la desaparición de los impuestos indirectos (IVA, gasolinas, eléctricas, etc.). Esta medida no es, ni de lejos la solución al problema de las desigualdades que, como vimos, enraízan en la estructura de clases del capitalismo. Solo expropiando a banqueros y empresarios, que se apropian del producto del trabajo ajeno, se pondrán las bases para superar esas desigualdades y avanzar en una sociedad realmente igualitaria.

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