Ante el silencio del PP, compromiso con el 9-N

Dos no hablan si uno no quiere y, desgraciadamente, desde Catalunya podemos constatar desde hace demasiados años que cualquier propuesta que sale de nuestro país sólo encontramos su negativa por respuesta.

Dos no hablan si uno no quiere y, desgraciadamente, desde Catalunya podemos constatar desde hace demasiados años que cualquier propuesta que sale de nuestro país sólo encontramos su negativa por respuesta.

A pesar de este silencio y esta actitud inmovilista del gobierno español, desde Unión Democrática seguimos adelante con el compromiso firme e inamovible adquirido con el pueblo de Catalunya para que todos los catalanes y las catalanas puedan decidir democráticamente y libremente el futuro que queremos para nuestro país . No se entiende la actitud absolutamente cerrada y autista del gobierno central ante lo que es un clamor transversal de la ciudadanía catalana: poder decidir nuestro futuro el 9-N.

Hemos hecho todo lo posible para que no haya este enfrentamiento entre el Estado central y Catalunya, pero si el gobierno Rajoy sigue empeñado en su no a todo, el choque parece inevitable. Desde Catalunya hemos propuesto al Estado central cinco vías posibles para resolver la cuestión de la consulta y sólo hemos obtenido la negativa o el silencio como respuesta, aunque la misma sentencia del Tribunal Constitucional admitía la posibilidad de ejercer el derecho a decidir. En todo caso, cuando la consulta sea formalmente convocada, Unió convocará un consejo nacional extraordinario para decidir la votación.

En este punto también quiero incidir en el periodo de reflexión que Josep Antoni Duran ha planteado sobre su cargo en la federación. Quedó claro en el consejo nacional del sábado el respeto y el apoyo que tiene Duran sea cual sea su decisión y también se hizo patente meridianamente el suyo y nuestro compromiso insobornable con la consulta. Nadie puede ponerlo en duda.

Finalmente, también hay que señalar que desde Unió Democràtica queremos evitar el choque de trenes entre Catalunya y España. Hay, pues, un gesto, una mínima comprensión por parte del gobierno español y actualmente ni ese gesto ni esta comprensión se han producido. Con silencios y negativas no resolveremos nada de lo que tenemos sobre la mesa.